Todos los peruanos deben poder atender su salud sin pasar por el sufrimiento de tener que agenciárselas para pagar medicinas y tratamientos a precios que muchas veces están fuera de sus posibilidades económicas. El gobierno habla sobre el tema, pero sin decisión. El Congreso discute varios proyectos de ley al respecto. Un seguro de salud de alcance universal es prioritario y debe abordarse con seriedad y rapidez.
Uno de cada cuatro peruanos no puede atenderse cuando se siente enfermo. Esto se debe a que menos del 25% de peruanos está afiliado a EsSalud, donde las medicinas – cuando las hay – son gratis. En el Ministerio de Salud casi todas las medicinas y tratamientos tienen que ser pagados, a precios menores que en un consultorio o clínica privada, pero que muchas veces están fuera del alcance de los más pobres.
El aseguramiento universal no es un sueño imposible. Lo tienen países como Inglaterra, Canadá, Japón o los países europeos. También han avanzado mucho en esa dirección Chile, Costa Rica, Uruguay, Brasil y Colombia, entre los países vecinos.
Se necesita en primer lugar decisión política y presupuesto público. En países con alta informalidad como el nuestro, el aseguramiento en salud tiene que financiarse principalmente por el Tesoro Público. El mayor avance en aseguramiento en los últimos años ha sido el Seguro Integral de Salud, que funciona de esa manera. Ahora que las arcas fiscales están llenas, es un buen momento para hacerlo. Forosalud propone que se asigne 0,5% del PBI para este fin.
En segundo lugar, se necesita que una sola entidad dirija el proceso. Los carros solo tienen un chofer y los países solo tienen un presidente. Pero la salud en el Perú tiene dos entidades paralelas: el Ministerio de Salud y EsSalud. Todas las experiencias exitosas en la región han acabado con ese paralelismo. Se necesita también una gestión modernizadora, que promueva la coordinación y la eficiencia en los hospitales y centros de salud. Finalmente, hay que hacer un esfuerzo especial por llegar adónde aún no hay centro de salud ni médico.
Uno de cada cuatro peruanos no puede atenderse cuando se siente enfermo. Esto se debe a que menos del 25% de peruanos está afiliado a EsSalud, donde las medicinas – cuando las hay – son gratis. En el Ministerio de Salud casi todas las medicinas y tratamientos tienen que ser pagados, a precios menores que en un consultorio o clínica privada, pero que muchas veces están fuera del alcance de los más pobres.
El aseguramiento universal no es un sueño imposible. Lo tienen países como Inglaterra, Canadá, Japón o los países europeos. También han avanzado mucho en esa dirección Chile, Costa Rica, Uruguay, Brasil y Colombia, entre los países vecinos.
Se necesita en primer lugar decisión política y presupuesto público. En países con alta informalidad como el nuestro, el aseguramiento en salud tiene que financiarse principalmente por el Tesoro Público. El mayor avance en aseguramiento en los últimos años ha sido el Seguro Integral de Salud, que funciona de esa manera. Ahora que las arcas fiscales están llenas, es un buen momento para hacerlo. Forosalud propone que se asigne 0,5% del PBI para este fin.
En segundo lugar, se necesita que una sola entidad dirija el proceso. Los carros solo tienen un chofer y los países solo tienen un presidente. Pero la salud en el Perú tiene dos entidades paralelas: el Ministerio de Salud y EsSalud. Todas las experiencias exitosas en la región han acabado con ese paralelismo. Se necesita también una gestión modernizadora, que promueva la coordinación y la eficiencia en los hospitales y centros de salud. Finalmente, hay que hacer un esfuerzo especial por llegar adónde aún no hay centro de salud ni médico.
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El derecho a una atención de salud es un elemento básico de la democracia y del desarrollo. No hay que olvidarlo.
El derecho a una atención de salud es un elemento básico de la democracia y del desarrollo. No hay que olvidarlo.
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