Carlos Arana: Resultados en FONCODES

jueves, 29 de enero de 2009

Cuando fue el nombramiento de Carlos Arana, aprista, amigo de Agustín Mantilla y organizador de mítines, como Director de Foncodes, dije que no estaba capacitado para el cargo.

Veamos los resultados. En el 2008, Foncodes solo gastó el 73% de su presupuesto. Aunque solo tuvo un presupuesto de 120 millones de soles (Foncodes ha llegado a gastar más de 500 millones de soles en un año), dejó de gastar 32 millones de soles que le fueron asignados. De los créditos externos, apenas ejecutó el 31% del presupuesto, ¡ni una tercera parte!.

Pero ojo: de los 88 millones de soles gastados, ¡32 millones fueron gastados en burocracia! Eso es el 36%, cuando Foncodes durante mucho tiempo tuvo por norma no gastar más del 8% en gastos administrativos ¡! A modo de comparación, entre setiembre 2001 y abril 2002 cuando yo fui Director de Foncodes, ejecutamos 368 millones de soles de presupuesto con solo 10 millones de gasto administrativo.

¿Para eso pagamos los peruanos 14,000 soles mensuales?
Por cierto, también en el programa Juntos, el gasto administrativo ha aumentado entre 2006 y 2008 de 4 a 40 millones de soles al año….

Nuevo plan anti-crisis: Balance al Paso

Ya no se llama “Plan Anti-crisis”, ahora se llama “Plan de estímulo económico” Carranza no quiso como entenado al hijo de Valdivieso, quiere el propio. Es claro que se trata de otro plan, y no de la “Primera Etapa” del anterior: el esquema es otro, diversas medidas tomadas no estaban en el anterior plan (rebaja de combustibles, aumento del drawback, fideicomisos regionales, Costa Verde, FOIRSUR, Fondo de Igualdad, reprogramación de deudas, garantías del Estado a empresas en Asociaciones Público-Privadas) y varias medidas del anterior plan quedan congeladas (aumento a programas sociales, apoyo a trabajadores en sectores afectados, proyectos con financiamiento externo, programas de vivienda). Un balance somero de cuánto se había avanzado con el Plan Anti-Crisis hasta ahora es: nada.

Se mantiene la improvisación y la incertidumbre. Más de la mitad de los 4,500 millones de soles anunciados, son unos “Fideicomisos regional” (sic con la inconsistencia gramatical) que “movilizarán” 2,600 millones de soles, y que nadie sabe en qué consisten y cómo funcionan. Mientras no haya un proyecto de crédito suplementario y una explicación clara, seguiremos sin saber cuánto de lo anunciado son recursos nuevos, y cuánto es pura propaganda. Lo presentado sigue sin ser un plan, sino sólo un listado de acciones,

¿Lograrán evitar la recesión? Imposible saber pero improbable. Por un lado, no se sabe realmente que harán de nuevo y con cuánta plata. Por otro lado, la capacidad de ejecución del gasto sigue siendo una interrogante. No sabemos, entonces, si el paquete de medidas del plan logrará evitar la recesión en el 2009.

Nada sobre el desequilibrio externo: habrá que enfrentarlo tarde o temprano. El nuevo Plan mantiene el autismo que la primera gestión de Carranza y la de Valdivieso han mantenido sobre el creciente desequilibrio externo. Las importaciones se han duplicado con este gobierno, y ante exportaciones en caída libre, la hemorragia de reservas internacionales es indetenible. Pero este “Plan” no alcanza a ver más allá de sus narices en el sector externo.

No hay ninguna transparencia, y el “comité de supervisión” está pintado en la pared. Sin metas, sin fechas de ejecución, sin responsables, no es posible supervisar nada.

Hay algunas buenas noticias, como la rebaja de los combustibles en “aproximadamente” 10%, el drawback aumentado a los exportadores no tradicionales, las compras a pymes y la refacción de colegios (anteriormente anunciadas).

El nuevo Plan mantiene un marcado sesgo pro-empresarial. Se aprobarán garantías especiales para las grandes empresas que entren en las “Asociaciones Público-Privadas”, convirtiéndolas así en negocios sin riesgo, asumiendo el riesgo el Estado. Los empresarios reciben 30 millones adicionales en subsidios (drawback), el nuevo “Fondo de Equidad” solo 100 millones. La mayor parte de los fondos es para empresas constructoras.

El nuevo Plan sigue siendo marcadamente centralista. En vez de aumentar el presupuesto de gobiernos regionales como les prometió Alan García, crean “fideicomisos” sin duda con el fin de controlar los fondos. A los municipios que se les cortó 400 millones de soles para programas sociales en el presupuesto 2009, ahora se les reponen 100 millones..pero es dinero que ya se les había prometido dárselos vía Foniprel ¡!

El empleo y los salarios están absolutamente ausentes. Ni una línea al respecto. Sólo se repite los 150 millones de soles para un programa de compras a pymes.

El nuevo Plan tiene muy poco para los sectores sociales. Han reinventado un “Fondo de Igualdad” que anteriormente diseño Carranza y que nunca funcionó. Se habla de una reforma de “Juntos” mezclándolo con empleo temporal y construcción de viviendas, que es como mezclar papas con camotes: para eso ya están los programas Construyendo Perú y Techo Propio. Sólo se ha precisado lo antes anunciado para infraestructura social, que sería para mantenimiento y refacción de colegios. Nada sobre salud, pensiones, grupos vulnerables, niños adultos mayores, programas alimentarios, comunidades, pueblos indígenas.

Todo lo social se concentra en programas controlados por apristas (Educación, Juntos, Trabajo, Vivienda) y nada para Mimdes y Salud. Tampoco hay nada sobre agricultura, y el anunciado “Sierra productora” del primer discurso, ya desapareció. ¿Dónde está Yehude y su gente? El balance político es claro: Yehude sigue cada vez con menos poder, Carranza es hombre de García.

El retorno de Carranza: ¿desatará la crisis?

domingo, 25 de enero de 2009

Pedro Francke y
Félix Jiménez
Profesores de la PUCP

Alan García le encomendó a Luis Valdivieso la tarea de abatir la inflación, cuando él mismo ya morigeraba su entusiasmo de crecer a ritmo Chino y empezaba a difundir su teoría del blindaje de la economía frente a los evidentes signos de crisis internacional. Valdivieso era un funcionario del FMI curtido sólo en experiencias de recortes notables de gastos gubernamentales. Cuando entró al MEF tenía la idea de recortar 5 mil millones de soles del presupuesto; pero, sólo pudo recortar cerca de un mil quinientos millones. Pocos meses después, cuando el presidente dejó de lado su teoría del “blindaje” de la economía frente a la crisis internacional, Valdivieso recibió el encargo de formular un plan anticrisis que, por donde se le mire, tenía que incorporar políticas fiscales expansivas y no contractivas. Era pedirle peras al olmo.

A pocos días de anunciado el llamado “plan anticrisis”, Luis Carranza, ex ministro de Economía y Finanzas y a la sazón asesor presidencial, criticó la tardanza en darse el plan anticrisis y la lentitud de su ejecución. También cuestionó la decisión del BCR de no reducir la tasa de interés de referencia para activar la economía, pues, según señaló, la inflación bajaría en el largo plazo. El monto de S/. 10 mil millones dijo, es «correcto y adecuado en proporción al PBI»; pero, al igual que Cáceres Sayán, pidió que se acelere la ejecución de los proyectos de inversión: «A nivel de la gestión pública hay que asegurarse de que no haya ninguna demora en la ejecución de este paquete», sentenció. Hoy resulta claro que se trataba de una serruchada de piso contra Valdivieso, alentada por el propio Presidente García.

En este contexto, ¿qué se puede esperar de la segunda gestión de Carranza? En síntesis: más gasto público en infraestructura pero la misma política neoliberal de apertura comercial, beneficios especiales a los grandes inversionistas y las mínimas concesiones políticamente posibles a los trabajadores y sectores sociales.

Más rápido ahora: ¿rumbo al precipicio?
La mezcla de más gasto fiscal y menor tasa de interés de referencia del BCR, preconizada por Carranza y deseada por García, si se aplicara, serviría para evitar una recesión abrupta. Al mantener la demanda agregada, la economía podría seguir creciendo. ¿Cuánto? Todo dependerá de la fuerza real que tenga el gasto público en infraestructura, que puede tener serios cuellos de botella en los problemas de las gestiones ministeriales.

La nueva política García-Carranza mantendría, junto a una demanda agregada con alto crecimiento, un tipo de cambio congelado y las rebajas arancelarias. Ya antes Carranza se distinguió precisamente por reducir los aranceles, promover TLCs y apoyar el retraso cambiario, generando déficits en cuenta corriente de cerca del 4% del PBI en la primera mitad del 2008. Pero ahora, en el contexto de la crisis internacional, tal política agravará el déficit del sector externo y acelerará la pérdida de reservas internacionales.

Al aumentar la demanda interna y mantenerse relativamente baratos los precios de las importaciones, estás seguirán a los elevadísimos ritmos actuales, que superan los US$ 2,500 millones mensuales. Al mismo tiempo, el contexto internacional de recesión económica ya ha significado una caída del superávit comercial de 7.8% del PBI en el año 2007 a 3.3% en los primeros nueve meses del año 2008, y la caída sigue. Al deterioro comercial y de la cuenta corriente se suma la reducción de la inversión extranjera. Todavía tenemos reservas internacionales, pero la fuerza y duración de la crisis internacional hacen prever que hay un serio riesgo de su agotamiento, si se sigue impidiendo que suba el tipo de cambio. Y ese sería un problema muy grave, a evitar a toda costa, porque en ese caso una maxidevaluación y crisis financiera, serán muy difíciles de evitar. Además, la consecuencia sería una abrupta recesión.

Este era un problema que ya habíamos advertido muchos meses atrás, y que hoy se hace mucho más evidente. Desde fines del 2007 y hasta la primera mitad del 2008, cuando Luis Carranza renuncia al MEF, alertamos sobre la creciente pérdida de mercado interno por la penetración de las importaciones y la configuración de una tendencia hacia la crisis del sector externo. Hay que recordar que este debate se desarrolló cuando a nivel internacional ya existían signos evidentes de una crisis financiera de envergadura. Pero en julio 2008 ganó en Alan García el temor a la inflación, por el trauma que le causó el desastre hiperinflacionario de su primer gobierno y convencido por Carranza de que la crisis era leve, pasajera y no nos traería problemas. Así llegó el “mago” Valdivieso sacando de su sombrero la tijera de los recortes en el gasto social y de inversiones públicas.

¿Cuál gasto fiscal?
Si hoy la Confiep se ha pasado al keynesianismo y los neoliberales promueven una política anticíclica de aumento del gasto público, no es solamente por haber mejorado sus conocimientos ante los debates nacionales e internacionales. Es también por amor a los chicharrones. Du Bois y la Confiep insisten en que les permitan pagar impuestos con obras, retrocediendo a una política tributaria casi feudal. Asimismo, promueven que el reglamento de las asociaciones público-privadas les permita que los empresarios privados decidan sin planificación estatal qué obras de infraestructura hacer, pero que luego el Estado igual cubra parte de sus costos y casi todo el riesgo.

Ni hablar desde luego, de ningún atisbo redistributivo: ni impuestos a las ganancias de capital, ni aporte especial por las mineras y bancos que hicieron ganancias extraordinarias, ni centímetro de reforma en las AFPs que perdieron 40% de nuestra plata pero se dan lujo de subirnos las comisiones.

La gente
Mientras tanto, la crisis sigue su marcha. Según una reciente encuesta 33% de la gente sabe que en su trabajo han reducido personal. La industria textil fuertemente golpeada por las importaciones de China e India a precio dumping. Cincuenta mil empleos se han perdido en Lima. Cinco mil mineros despedidos. Los precios que reciben los productos agropecuarios por productos como espárragos, el arroz o el café, se han ido al piso. También han caído los precios internacionales del trigo y el maíz, pero los precios que se pagan en la ciudad por el pan no han variado y el pollo ha vuelto a subir.

Las medidas del gobierno para enfrentar la crisis (porque a eso definitivamente no se le puede llamar plan) poco o nada tienen para que los trabajadores, los agricultores y las amas de casa no sigan sufriendo los efectos conjuntos de la crisis y de la aplicación de un modelo neoliberal que los pone al final de la cola de los beneficios pero como los primeros en sufrir golpes y pérdidas económicas.

http://www.larepublica.pe/actualidad-economica-pedro-francke/25/01/2009/el-retorno-de-carranza-%C2%BFdesatara-la-crisis

Carranza 2 en 6 preguntas

viernes, 23 de enero de 2009

¿Qué cambio de política aplicará Carranza en su segunda vez a cargo del Ministerio de Economía?
En síntesis: más gasto público en infraestructura. Alan García sacó a Valdivieso precisamente porque no quería hacer eso. El mismo Carranza ya ha dicho que su gestión se trata de acelerar el llamado “plan anti-crisis”. La Confiep está de acuerdo, sobretodo si en esas grandes obras puede hacer buenos negocios, en especial con las “asociaciones público-privadas”.

¿Qué no cambiará Carranza?
La política neoliberal de apertura comercial y TLCs, beneficios especiales a los grandes inversionistas y las mínimas concesiones políticamente posibles a los trabajadores y sectores sociales. Carranza mismo ya aplicó estas políticas en su primera gestión y esta es la ideología sustentada por Alan. Para ellos, la crisis internacional no cuestiona el modelo de “libre mercado”, a pesar de que hoy sabemos con este modelo que los grandes financistas del mundo se robaron o dilapidaron billones de dólares.

¿Qué resultados previsibles tendría esta política de Luis Carranza y Alan García?
Crecimiento económico desacelerándose pero no tan abruptamente; desigualdad creciente y problemas sociales agravados; y un serio riesgo de crisis de balanza de pagos para el 2010. El mayor gasto fiscal serviría para evitar una recesión abrupta.

Al mantener la demanda agregada, la economía podría seguir creciendo, a un ritmo que dependerá de cuánto realmente sea el gasto público en infraestructura, que puede tener serios cuellos de botella en los problemas de las gestiones ministeriales. Si realmente gastaran 10,000 millones de soles adicionales, podría mantener el crecimiento en 5% anual.

¿Ese crecimiento tendrá efectos sobre la pobreza?
No debemos esperar ningún atisbo redistributivo en este año 2009: ni impuestos a las ganancias de capital, ni aporte especial por las mineras y bancos que hicieron ganancias extraordinarias, ni centímetro de reforma en las AFPs que perdieron 40% de nuestra plata pero se dan lujo de subirnos las comisiones. Poco énfasis en gasto social. Mientras tanto, la industria textil, fuertemente golpeada por las importaciones de China e India a precio dumping, ha perdido treinta mil empleos en Lima. Cinco mil trabajadores mineros han sido despedidos. Los precios que reciben los productos agropecuarios por productos como espárragos, el arroz o el café, se han ido al piso. También han caído los precios internacionales del trigo y el maíz, pero los precios que se pagan en la ciudad por el pan no han variado y el pollo ha vuelto a subir.

¿El plan anti-crisis enfrentará la crisis social?
Las medidas del gobierno para enfrentar la crisis poco o nada tienen para que los trabajadores, los agricultores y las amas de casa no sigan sufriendo los efectos conjuntos de la crisis y de la aplicación de un modelo neoliberal que los pone al final de la cola de los beneficios pero como los primeros en sufrir golpes y pérdidas económicas. Algo ayudará con empleos en construcción, pero nada más.

¿Y con esta política ya no tendremos crisis económica?
La nueva política García-Carranza probablemente mantendría al mismo tiempo un tipo de cambio congelado y las rebajas arancelarias. Tal política ya generó déficits en cuenta corriente de cerca del 4% del PBI en la primera mitad del 2008. Esa política, al favorecer las importaciones, haría que estas sigan a los elevadísimos ritmos actuales, que superan los US$ 2,500 millones mensuales. Además de afectar a la industria y agro nacionales, eso junto a la caída de nuestras exportaciones, agravará el déficit del sector externo. Se acelerará la pérdida de reservas del BCR, que ya superó los 7 mil millones de dólares. Todavía tenemos reservas, pero la fuerza y duración de la crisis internacional hacen prever un serio riesgo de su agotamiento. Y ese sería un problema muy grave, porque en ese caso una maxidevaluación y una recesión serían muy difíciles de evitar. Antes de eso, un cambio de política con mayores devaluaciones seguramente e impondrá en el horizonte.

Propuestas de programa anticrisis (parte 2)

martes, 20 de enero de 2009

1. Micro y pequeñas empresas
Las micro y pequeñas empresas deben merecer especial atención porque son las que dan la mayor parte del empleo urbano, y porque pueden ser las más afectadas por el encarecimiento del crédito y la pérdida de mercados externos e internos.

A. Compras estatales. El gobierno ha anunciado un programa de compras estatales, el mismo que debe incluir productos como uniformes, calzado escolar, mobiliario escolar y otros. Esto es positivo y debe hacerse ebn el corto plazo, pero es indispensable que al respecto se suspenda el TLC con EEUU que establece que en programas de esta magnitud las empresas norteamericanas pueden competir como si fueran peruanas.

B. Defensa del mercado interno. La invasión de textiles y calzado de China e India a precios de dumping debe ser frenada de inmediato. No debe esperarse a complejos estudios de precios, como ha planteado el gobierno; el daño a la industria nacional es evidente y justifica medidas temporales de salvaguarda mientras se realizan los estudios.

C. Créditos. El paquete del gobierno solo contempla créditos para mypes exportadores, cuando es evidente que se necesita también apoyo a las mypes orientadas al mercado interno.

D. Incrementar el financiamiento para la formación y capacitación, innovación tecnológica, asociatividad, promoción comercial y mejoramiento de estándares.

2. Protección Social y políticas sociales
Un programa de protección social es indispensable ante la crisis: hay que evitar los mayores daños a las familias y niños vulnerables. Además del programa de empleo temporal planteado anteriormente, algunas medidas básicas son las siguientes:

A. El Seguro Integral de salud debe ser ampliado, para que en camino hacia el Aseguramiento universal cubra en un corto plazo al menos el 65% de la carga de enfermedad de las familias peruanas, incluyendo los problemas de los más vulnerables como adultos mayores y personas con discapacidad junto a mujeres y niños. El programa actual del gobierno, de llegar el 2009 solo a 3 departamentos cubriendo el 45% de las enfermedades, es muy insuficiente. ESSALUD debe ampliar rápidamente su atención a microempresas y ampliar los meses de cobertura a quienes pierden su empleo.

B. Los programas sociales alimentarios deben reforzarse. Los programas de desayunos y almuerzos escolares deben ser mejorados y universalizados, para promover la asistencia de los niños al colegio. Los programas del vaso de leche y otros para niños menores, deben reforzarse y vincularse a los centros de salud para asegurar que los niños tengan sus controles y atención de salud adecuada, y los conocimientos nutricionales de las madres sean mejorados.

C. Un buen anuncio ha sido el programa de Sierra Productiva, que debe iniciarse a la brevedad de manera masiva en todas las provincias andinas, y acompañarse de un programa para aumentar la productividad e ingresos de los pequeños productores rurales de la selva.

D. Es un buen momento para iniciar un programa de pensiones asistenciales para todos los adultos mayores y para ampliar Juntos y mejorarlo, ajustando los incentivos a la promoción de buenas prácticas.

E. El salario mínimo debe elevarse, en concordancia con el aumento del costo de vida y de los aumentos de productividad de años anteriores.

Crisis económica: ¿Sólo imaginación?

sábado, 10 de enero de 2009

¿Es la crisis económica sólo una imaginación? ¿Será que la crisis es sólo una noticia del exterior, algo de lo que debemos horrorizarnos –como el ataque a Gaza- pero que no afecta a los peruanos?

Para cientos de miles de peruanos, algunos muy pobres, la crisis es una tremenda realidad. 5 mil trabajadores mineros han sido despedidos, de los que se tiene conocimiento. A pesar de las enormes ganancias obtenidas en los años anteriores, con las facilidades de las contratas y subcontratas, las empresas mineras han procedido a despedir trabajadores al menor pretexto. Se van con los bolsillos vacíos, a buscárselas en algún lugar.

50 mil trabajadores de la industria limeña han perdido su trabajo, la mayor parte en la industria textil y de confecciones, golpeada por las importaciones subsidiadas, a precios dumping, de la China, y por la caída del mercado norteamericano. Resulta que tenemos TLCs justamente cuando más daño nos hacen. También en este caso, las leyes antilaborales han facilitado los despidos.

La construcción se está viendo afectada. El último dato estadístico, de noviembre 2008, indica que las ventas de cemento cayeron 3 por ciento. Menos construcción, menos obreros trabajando.
Cientos de miles de agricultores de café, en Piura, Jaén y San Ignacio, la selva central y Sandia, han visto como el precio de su producto ha caído en 40% o más. Peor les ha ido a los pequeños productores de espárragos, abusados por las grandes exportadoras, que han visto que les pagan ahora la cuarta parte, apenas 25 a 30 centavos por kilo, por sus productos. Y los alpaqueros de la sierra, han visto caer sus precios con igual velocidad.

Millones de trabajadores han visto perder entre 10% y 40% de sus ahorros de jubilación en las AFPs; miles de jubilados han visto reducir sus pensiones en las AFPs.

Esto se suma a las alzas de precios de los alimentos, la gasolina y los combustibles del año pasado, que constituyeron para muchas familias una crisis no menos real que la actual. Y aunque los precios internacionales han caído, acá el pan cuesta igual que ayer.

Pero para las clases altas limeñas, poco ha pasado. No hay crisis. No se siente. Es un poco como la época del terrorismo de Sendero Luminoso: miles de muertos pero la élite limeña y costeña no se daba por enterada. Tuvo que llegar el salvaje atentado de Tarata para que lo sintiera.

Parece que los pobres, hoy, son tan invisibles para quienes habitan la cúspide del poder, económico y político, como hace 20 años. En todo este tiempo, que la salud y la educación públicas hayan sido una desgracia, no les ha importado: no les sirve. Que la bonanza económica no chorreaba, tampoco les importó. Que los alimentos subieran: aguántense. La crisis de miles, les es un concepto ajeno.

Pobre Perú, con élites tan poco solidarias, con tanta crisis y tan poca respuesta, con un gobierno que se preocupa tan poco de su gente.