Temas bravos para el 2009

martes, 30 de diciembre de 2008

Apenas un día para que termine el 2008 y, lógicamente, se impone un balance de lo que fue este año y –más importante- alguna estimación sobre el próximo, que todo indica se viene bravo. Muchos temas críticos y poco espacio, así que veamos aquellos que, en mi opinión, de cajón habrá que monitorear durante el 2009.

Pobreza: la economía siguió creciendo el 2008, lo que debió contribuir a reducir la pobreza, pero recordemos que los precios de muchos productos básicos –como alimentos- y servicios se dispararon: acorde al INEI, hasta noviembre la inflación acumulada en tubérculos fue nada menos que 39%, en leguminosas 20% y en aceites 18%. Como se sabe, la inflación afecta más a los más pobres, y aunque aún no hay cifras para el 2008, ya organismos internacionales como la CEPAL y la FAO advierten que la pobreza en Latinoamérica viene creciendo. ¿Y en el Perú?

Con la desaceleración económica que se nos viene, habrá que hilar muy fino. Aquí urge revisar el funcionamiento de los programas sociales –particularmente “Juntos”- para asegurar su efectividad. Y antes que andar creando nuevos programas, hay que fortalecer los existentes, especialmente el Vaso de Leche y los Comedores Populares, que cuentan con un nivel de cobertura inigualado: tan sólo el Vaso de Leche atiende a 5 millones de personas.

Política agraria: hemos perdido 2 valiosos años con la tristemente famosa “Sierra Exportadora” y esa quimera de que basta y sobra con la exportación para sacar adelante a millón y medio de familias campesinas. Ahora vamos por el segundo round con “Sierra Productiva”. Ojala esta vez se entienda que nuestra agricultura esta ligada al mercado interno, que su mayor potencialidad esta en la producción de alimentos (granos, tubérculos), que la solución no pasa por resucitar al gamonalismo, que la capacitación del productor es esencial, que se requiere masiva inversión en infraestructura rural. ¿Santa Rosita, algún día tendremos una política agraria coherente y perseverante?

Balanza comercial: entre el alza de precios de las importaciones y la caída de precios de las exportaciones, nuestra balanza comercial se fue al piso el 2008. Las perspectivas para el 2009 no son mucho mejores porque aunque los precios de los productos importados ahora están cayendo, lo mismo esta pasando con los precios de los exportados. ADEX ya esta pronosticando una caída de más del 10% en el valor de nuestras exportaciones para el próximo año.

¿Qué hacer? Una primera medida –así asuste a muchos- tendría que ser dejar que el sol se devalúe, sincerar el tipo de cambio, para estimular la competitividad de las exportaciones y mitigar importaciones. Por cierto, también ya es hora de revisar las rebajitas de aranceles de Carranza, esas picardías de último minuto que mayormente beneficiaron a los oligopolios importadores.

Ingresos fiscales: la luna de miel con los tributos mineros se acabo, al menos para el 2009. Como de costumbre, no se aprovechó el tiempo de las vacas gordas para asumir una verdadera reforma tributaria y ahora la situación del fisco está bien, pero bien complicada; sino véanlo a “modulado” Valdivieso peleándose a cuchillo por su tajada de las gratificaciones de trabajadores y empleados.

Ojala de aquí al 2011 se emprenda la tantas veces pospuesta reforma que permita elevar la presión tributaria a por lo menos el 18% del PBI, meta a la que literalmente todos los partidos y gremios se comprometieron mediante el Acuerdo Nacional, años atrás (y que por supuesto, ahora nadie quiere recordar). Guste o no guste, necesitamos fortalecer la tributación si queremos tener un balance presupuestal sostenible, no sólo para el 2009 sino para más adelante. ¿O qué prefieren? ¿Otra vez maquinita como en los años 80? ¿Endeudarnos a diestra y siniestra? No sean malos.

Propuesta de Programa anti-crisis

lunes, 22 de diciembre de 2008


1. Diagnóstico
La crisis internacional es la más severa en décadas. No estamos blindados, la crisis afectará fuertemente al Perú, aunque hemos acumulado reservas internacionales, la deuda pública se ha reducido y tiene mejor perfil, y del sistema financiero es buena, el gobierno nos ha puesto en una situación vulnerable de desequilibrio externo (por la rebaja de aranceles y retraso cambiario), débil base tributaria (al no aplicar una reforma tributaria), alta pobreza y desigualdad (poco y mal gasto social e inexistencia de políticas redistributivas), y debilidad general del estado (al no haberse avanzado en la reforma del Estado).

La crisis internacional ya está afectando al Perú. Los precios de los metales se han reducido fuertemente y las empresas mineras están postergando o cortando inversiones y despidiendo trabajadores. Las empresas textiles han perdido mercados externos e interno, y han despedido miles de trabajadores. Las empresas y los pequeños productores de agroexportación han visto los precios de sus productos caer y no pueden colocar toda su producción. Los precios agropecuarios en el mercado interno empiezan a caer, afectando a los productores. Las tasas de interés han subido, encareciendo el crédito y aumentando las cuotas de pago de cientos de miles de prestatarios. 6 mil millones de dólares de RIN ya se han perdido del BCR, por los capitales que salen del país. La Bolsa de Valores ha caído en 60%, y los fondos de pensiones en 30%, afectando a miles de pensionistas y a cientos de miles de afiliados.

El paquete anti-crisis del gobierno es tardío, mentiroso, inequitativo, insuficiente y arriesgado. Es tardío porque demoró meses valiosos en presentarlo. Es mentiroso porque de los 10 mil millones de soles anunciados, al menos el 40% ya estaba programado presupuestalmente. Es inequitativo porque se concentra en inversiones públicas orientadas a grandes empresas y en mejorar las condiciones de este sector, prestando poca o nula atención a la agricultura y las mypes donde trabajan la mayoría de peruanos, no atender el empleo y los salarios, y mantener un gasto social reducido. Es insuficiente porque, dado el retraso y la demoras previsibles en las inversiones, posiblemente no contenga la crisis, y deja sin atender muchos sectores productivos. Es arriesgado porque agravará el desequilibrio externo, no planteando más alternativas al respecto que el uso de las reservas internacionales, confiando en que a nivel mundial la crisis se solucionará con rapidez y con eso se reestablecerán las condiciones de precio y mercado para nuestras exportaciones, lo que no es para nada seguro.


2. Objetivos de un Plan popular Anti-Crisis
I. Mantener un crecimiento del 5% anual en 2009 y 2010.
II. Lograr un déficit en cuenta corriente de no más de 1% del PBI y una pérdida de reservas de no más de 5 mil millones de dólares adicionales.
III. Mantener los niveles de empleo y salarios y defender los ingresos campesinos y de pequeños productores agropecuarios.
IV. Evitar un aumento en las cifras de pobreza y mejorar las redes de protección social, la educación y la salud.
V. Evitar que los conflictos sociales se multipliquen y agudicen, poniendo en riesgo la gobernabilidad y la inversión.


3. Programa macroeconómico
Política Fiscal

A. Aumentar el gasto público en infraestructura, pequeñas obras con empleo temporal y gasto social del orden del 2% del PBI (US$ 2,500 millones) en el 2009. De esta manera se mantendría la demanda interna, se promovería el desarrollo y se protegería a los más pobres. Mantener la demanda interna es fundamental para que las empresas puedan seguir vendiendo y de esa manera dar empleo, y para mantener el mercado para las mypes y agricultores. Este gasto público adicional deberá aplicarse principalmente de manera descentralizada, mediante los gobiernos regionales y los municipios en un 80%, con atención a compensar las regiones más afectadas por la crisis y por la pérdida del canon.

B. Rebalancear los ingresos tributarios en un sentido redistributivo y reactivador, reduciendo los impuestos y aportes al fondo de estabilización de los combustibles (con lo que se reducen los precios de los combustibles), y aumentando los ingresos provenientes de aranceles (reestableciendo los vigentes a julio 2006 y postergando la aplicación del TLC con Estados Unidos y China) y sobretasas anti-dumping. Establecer también un impuesto extraordinario al patrimonio de las empresas mineras, como forma de captar ingresos de este sector que obtuvo ingresos extraordinarios los años anteriores. La reducción de impuestos y precios de los combustibles devolverá ingresos a las familias y a las empresas, aumentando la demanda y la competitividad, y ayudando a abatir la inflación. El aumento de aranceles servirá para proteger el mercado interno para la industria y agricultura nacionales. Esto, junto a los impuestos extraordinarios, permitirá amenguar la fuerte reducción en los ingresos tributarios que provocará la crisis.

Política monetaria y cambiaria
C. Mantener la política orientada a evitar una reducción del crédito proveyendo de liquidez a los bancos. Si resultara necesario un apoyo de capital (patrimonio) de los bancos, otorgarlo a condición de una participación estatal en su accionariado y directorio. Establecer programas especiales para dar crédito al agro y las mypes, y para refinanciar a quienes lo necesiten, buscando una reducción de los intereses a estos sectores. Establecer un porgrama especial para ampliar los créditos hipotecarios a sectores de bajos y medios ingresos, para reconvertir los créditos existentes de dólares a soles, y para evitar un alza de tasas de interés en este sector.

D. Mantener el régimen de flotación sucia del tipo de cambio, pero tener una política de mayor resguardo de las Reservas Internacionales, por lo que de ser necesario se deberá permitir un aumento paulatino y moderada del tipo de cambio, aumentando así la competitividad de la producción nacional y apoyando el equilibrio en el sector externo.

4. Empleo y salarios
Defender el empleo y los salarios es una política de justicia social, debido que en los últimos años las utilidades empresariales subieron fuertemente sin que mejorara la situación de los trabajadores. Pero es también una medida anti-crisis, ya que si el empleo y los salarios caen, eso reducirá aún más el mercado interno, y con ello las ventas empresariales, de microempresas y de agricultores.

A. La principal medida de protección del empleo y los salarios es mantener la demanda, con el mayor gasto público y defendiendo el mercado interno.

B. Debe iniciarse en el muy corto plazo un programa de empleo temporal en pequeñas obras públicas, tipo “A Trabajar”. El programa debe concentrarse en las regiones más afectadas por la crisis, como las ciudades de la costa donde se concentra la agroexportación. Las pequeñas obras deben ser intensivas en mano de obra, pudiendo incluir el mantenimiento, rehabilitación y construcción de pequeñas irrigaciones, caminos rurales, colegios y postas de salud, edificios públicos, parques y jardines, atención a niños y grupos vulnerables, entre otros.

C. El empleo público debe mantenerse y ampliarse en las áreas sociales, en especial debe reforzarse la educación en todos sus niveles, la salud pública, los wawasis, los centros de emergencia mujer, con horarios extras de atención cubiertos por nuevos contratados.

D. Un programa especial de protección del empleo puede incluir la suscripción de acuerdos tripartitos por rama, con empresas y trabajadores en sectores afectados por la crisis, mediante los cuales por un plazo de un año el estado pague las contribuciones a la seguridad social correspondientes hasta el salario mínimo, a condición de que no se reduzca el empleo, los salarios ni los beneficios laborales.

E. El Ministerio de Trabajo deberá activamente fiscalizar el cumplimiento de las obligaciones laborales de las empresas, impidiendo despidos injustificados. Para ello, deberá contratar más inspectores y trabajar en estrecha vinculación a los sindicatos y centrlaes sindicales.

F. Durante dos años, las AFPs deberán suspender su cobro de comisiones, lo que elevará los sueldos y salarios en 1,8%. Los cobros realizados en los 15 años anteriores cubren largamente los costos de atención en este periodo.

G. Derogar el DL 1086 que permite a las empresas medianas dejar de pagar 2 sueldos anuales en beneficios laborales a sus trabajadores.

5. Agricultura
A. Defender el mercado interno, permitiendo así que los productores agropecuarios tengan sus mercados y sus precios de venta no caigan tanto, es la principal medida anti-crisis en el agro. Para ello, el aumento del gasto fiscal y la defensa de los salarios son básicas. Junto a ello, la reducción de precio de los combustibles disminuirá los fletes y por tanto los márgenes de comercialización entre la chacra y los mercados urbanos. Medidas específicas para el agro deben ser el reestablecer franjas de precios y sobretasas de salvaguarda ante las importaciones subsidiadas en EEUU y en Europa, para lo cual el TLC debe suspenderse.

B. La úrea y otros insumos agropecuarios han mantenido altos precios internos a pesar de la caída de precios internacionales. El gobierno debe regular este mercado, forzando a la reducción de precios.

C. Los agricultores están particularmente afectados por la crisis debido a que los monopolios e intermediarios abusivos la aprovechan para sacar ganancias extraordinarias: “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Ante ello, debe tomarse medidas anti-monopolio, particularmente en productos como el algodón y la lana de alpaca, y promoverse la asociatividad de los productores para que puedan comercializar directamente y/o tener mejores condiciones de negociación con los intermediarios. El estado deberá promover ferias agropecuarias en las principales ciudades y actuar directamente en el mercado de ser necesario.

D. La crisis puede llevar a muchos agricultores a la quiebra, con el riesgo de que pierdan sus tierras ante los bancos. Frente a ello, los agricultores necesitan facilidades para obtener y refinanciar créditos. Se debe reforzar el Agrobanco y establecer líneas de crédito a la banca comercial y las cajas rurales para que puedan mantener y ampliar sus créditos a tasas preferenciales. Una línea especial debe plantearse para apoyar a aquellos agricultores que, haciendo caso al gobierno, se ha pasado a productos como el espárrago cuyo precio se ha derrumbado.

E. En esta situación de gran dificultad y tensión, el gobierno debe retroceder y derogar los DLs que amenazan a las comunidades campesinas con la pérdida de sus tierras, agua y recursos en manos de empresas mineras y grandes corporaciones. Los DLs que centralizan la gestión del agua quitándosela a los agricultores también debe ser derogada.

6. Micro y pequeñas empresas
Las micro y pequeñas empresas deben merecer especial atención porque son las que dan la mayor parte del empleo urbano, y porque pueden ser las más afectadas por el encarecimiento del crédito y la pérdida de mercados externos e internos.

A. Compras estatales. El gobierno ha anunciado un programa de compras estatales, el mismo que debe incluir productos como uniformes, calzado escolar, mobiliario escolar y otros. Esto es positivo, pero es indispensable que al respecto se suspenda el TLC con EEUU que establece que en programas de esta magnitud las empresas norteamericanas pueden competir como si fueran peruanas.

B. Defensa del mercado interno. La invasión de textiles y calzado de China e India a precios de dumping debe ser frenada de inmediato. No debe esperarse a complejos estudios de precios, como ha planteado el gobierno; el daño a la industria nacional es evidente y justifica medidas temporales de salvaguarda mientras se realizan los estudios.

C. Créditos. El paquete del gobierno solo contempla créditos para mypes exportadores, cuando es evidente que se necesita también apoyo a las mypes orientadas al mercado interno.


7. Protección Social y políticas sociales

Un programa de protección social es indispensable ante la crisis.

A. Programa de empleo temporal (ver acápite 4)

B. El Seguro Integral de salud debe ser ampliado, para que en camino hacia el Aseguramiento universal cubra en un corto plazo al menos el 65% de la carga de enfermedad de las familias peruanas, incluyendo los problemas de los más vulnerables como adultos mayores y personas con discapacidad junto a mujeres y niños. El programa actual del gobierno, de llegar el 2009 solo a 3 departamentos cubriendo el 45% de las enfermedades, es insuficiente. ESSALUD debe ampliar rápidamente su atención a microempresas y ampliar los meses de cobertura a quienes pierden su empleo.

C. Los programas sociales alimentarios deben reforzarse. Los programas de desayunos y almuerzos escolares deben ser mejorados y universalizados, para promover la asistencia de los niños al colegio. Los programas del vaso de leche y otros para niños menores, deben vincularse a los centros de salud para asegurar que los niños tengan sus controles y atención de salud adecuada.

D. Un buen anuncio ha sido el lanzamiento del programa de Sierra Productiva, que debe hacerse a la brevedad.

E. Es un buen momento para iniciar un programa de pensiones asistenciales y reforzar Juntos.

Paquete anti-crisis, el canon y el agro

domingo, 21 de diciembre de 2008

Uno de los efectos mayores de la crisis internacional está siendo la reducción del canon petrolero, que sustenta las inversiones públicas de gobiernos regionales y municipios en Piura y Tumbes, así como en Loreto y Ucayali.
Como se sabe, el canon petrolero es un porcentaje del valor de producción y por eso está directamente vinculado al precio internacional del petróleo. Como el precio del petróleo ha caído a nivel internacional de los US$ 140 el barril hasta menos de US$ 50, el valor de la producción se reduce en la misma proporción, y con ello el canon petrolero.
Es cierto que el barril de petróleo solo estuvo en US$ 140 poco tiempo. Pero durante muchos meses ha estado encima de los US$ 100 el barril, y ahora parece que se quedará debajo de US$ 50 por un buen tiempo, y se habla de que puede bajar hasta US$ 30. La reducción del canon puede ser, por eso, muy fuerte, y dejar sin presupuesto a muchas de las obras programadas con este financiamiento.
Al público seguramente le llamará la atención que, si la reducción del precio del petróleo provoca una disminución del canon, ¿por qué no produce también una caída en el precio del diesel y la gasolina? Muy sencillo: porque el gobierno ha decidido que ese precio interno no baje, a pesar de la caída en el precio internacional del petróleo, para hacer que la diferencia entre el precio internacional y lo que pagamos los peruanos ingrese en la caja fiscal, es decir, a los bolsillos del gobierno.
Que ese dinero vaya a un bolsillo separado, llamado "fondo de estabilización de los combustibles", hace tanta diferencia como cuando usted, amigo lector, decide poner algún sencillo en un bolsillo separado: sirve para administrarse mejor, pero no cambia para nada el hecho de que el dinero es suyo y aún puede usarlo en lo que quiera.
Por eso, del mismo modo que el gobierno está usando ese dinero para ponerlo en ese bolsillo suyo llamado "fondo de estabilización", podría el gobierno destinar ese dinero o parte de él para compensar los menores ingresos de las regiones que reciben canon petrolero. O podría simplemente reducir el precio interno de los combustibles. Ambas medidas ayudarían a defender la actividad económica de la crisis internacional.
El paquete anti-crisis
Frente a la crisis, el Presidente García ha anunciado un paquete de medidas anti-crisis. ¿Nos resguardará de la crisis? Evitará los despidos, el empobrecimiento de los agricultores, la pérdida de posibilidades para las micro y pequeñas empresas? Ayudará a las familias pobres a capear el temporal?
El discurso de García con el paquete anti-crisis implica un reconocimiento de que no estábamos "blindados", como lo repitiera tantas veces. Más vale tarde que nunca, aunque el tiempo perdido en responder a la crisis internacional tiene un alto costo, haciendo que algunos de los golpes que nos dará esta crisis sean irremediables.
El centro del paquete son los 10,000 millones de soles de impulso fiscal, que resultaría necesario para compensar la caída de exportaciones e inversiones. Pero buena parte de eso ya estaba programado. Por ejemplo, los 10,000 millones incluyen 2,200 millones de soles de Foniprel, que ya estaban previstos. Y no hay una línea sobre apoyo al presupuesto para inversiones de gobiernos regionales y municipalidades. Tampoco ninguna rebaja en el precio interno de los combustibles.
Por otro lado, el paquete tiene muy poco componente redistributivo y anti-pobreza, y por el contrario con alto énfasis en el gran capital y la inversión privada.
En efecto, hay pocos respecto de programas sociales, empleo y agricultura, nada sobre educación y salud. Tal vez 300 millones de soles extra para nutrición, cuando ya el presupuesto recorta 400 millones de soles a los municipios para programas sociales. Apenas 100 millones de soles de "apoyo a trabajadores en áreas afectadas". Se anuncia el programa Sierra Productiva, pero sin presupuesto ¡ Se destina menos a estos sectores, que a las viviendas de US$ 100,000 para los sectores de altos ingresos, que recibirían 900 millones de soles!. Y claro, se les permite a las mineras y otras empresas pagar impuestos con obras que no serán fiscalizadas, mientras ya no pagarán el "óbolo minero".
Los pobres del campo
Uno de los sectores en los cuales la crisis internacional probablemente se sienta con más fuerza es entre los trabajadores agrícolas de productos no tradicionales de exportación, ubicados sobretodo en los valles de la costa. La reducción de la demanda y del precio internacional de espárragos, frutas, páprika y otros productos está siendo respondida por las empresas con el despido (o finalización de contratos sin renovación) de cientos de trabajadores. Por su parte, el mayor desempleo que esto genera va a generar una caída en el jornal agrícola. De esta manera, cientos de familias van a verse empujadas a una mayor pobreza.
Para aquellos que optaron por vender o alquilar por largos plazos sus tierras, esta situación puede ser particularmente difícil, ya que carecen de lo que tradicionalmente fue un pequeñísimo "colchón de seguridad" ante estas situaciones de crisis. Hoy, quienes vendieron ya no tendrán esos pequeños ingresos de la chacra que les ayudaban, y dependen completamente de que alguien los contrate. Pero incluso para quienes mantienen sus pequeñas áreas de cultivo, la crisis internacional está haciendo que los precios agropecuarios se reduzcan, y ante la inacción del gobierno, esto que los va a empobrecer.
Por eso, el gobierno debiera estar particularmente atento a esta problemática social. Junto a medidas de protección de los precios agropecuarios con sobretasas a las importaciones, debiera poner en marcha ¡ya! un programa de empleo temporal para la construcción, rehabilitación y mantenimiento de pequeñas obras de infraestructura, como canales de riego, caminos rurales, colegios, postas de salud, etc. El desarrollo de obras de riesgo y habilitación de suelos que permitan ampliar las áreas de producción es otra alternativa. De esta manera, dando un empleo a quienes lo pierden, pero que genere algo útil y la sociedad, se daría una alternativa a quienes estarán más golpeados por la crisis.
Si esto no se hace, la poca atención a los despidos y empobrecimiento de los agricultores y microempresas que traerá la crisis, será sin duda una de las razones para que 2009 sea recordado como el año en que el segundo gobierno de García consolidó el rechazo popular.
Publicado en el Suplemento Semana del Diario El Tiempo

Ante la crisis: más gasto social

jueves, 18 de diciembre de 2008

Está claro que el paquete tiene muy poco componente redistributivo y anti-pobreza, y por el contrario con alto énfasis en el gran capital y la inversión privada. Se anunciaron 300 millones de soles extra para nutrición, pero el presupuesto 2009 recorta 400 millones de soles a los municipios para programas sociales. Mientras tanto, se les permite a las mineras y otras empresas pagar impuestos con obras que no serán fiscalizadas, mientras ya no pagarán el “óbolo minero”.

Seguir desatendiendo lo social en medio de la crisis es un grave error. Si en los últimos años de crecimiento económico la educación y la salud no han mejorado y los niños, los ancianos y las personas con discapacidad han estado desatendidos, por lo menos deben ser protegidos durante la crisis. Si muchas familias pobres no se beneficiaron durante los años de “vacas gordas”, pues que no sufran ahora las consecuencias en los tiempos de “vacas flacas”. Si ya la economía, por los ciclos provocados por el mercado, dejará a cientos de miles sin empleo y reducirá los magros precios que los campesinos reciben por sus productos, pues que tengan un alivio con mejor educación, salud y programas sociales.

En una situación de crisis, aumentar el gasto social tiene también una lógica macroeconómica. Es claro que cualquier paquete anti-crisis tiene que aumentar el gasto público. Así lo están haciendo Estados Unidos, Europa, China y muchos otros países. Sólo así se podrá compensar la caída en la demanda agregada, que se está produciendo por las menores compras de nuestras productos en el exterior y por la disminución y el encarecimiento del crédito.

El gasto social tiene la ventaja de que puede aumentarse con rapidez, de un mes a otro. Incluso programas que den empleo temporal construyendo pequeñas irrigaciones o rehabilitando caminos rurales pueden establecerse en pocos meses, lo que no sucede con las grandes obras de infraestructura. Estas son muy necesarias, pero recordemos lo que pasó con el llamado “shock de inversiones” con el que se estrenó la política económica del actual gobierno: 18 meses después todavía no terminaba de despegar. Y en tiempos de crisis, sólo unas semanas de retraso pueden tener graves consecuencias.

La crisis demanda un aumento del gasto público, pero hay que insistir en mejorar la calidad de este gasto. El mayor gasto social debe orientarse a mejorar la eficiencia y la eficacia. Más gasto sobretodo donde más se necesita, en las zonas rurales más pobres y en las zonas urbanas donde haya mayor pérdida de empleos. Gasto orientado a resolver los problemas críticos de la educación y la salud, contratando personal con bonificaciones especiales para comunidades rurales. Presupuesto para un aseguramiento universal efectivo en salud. Gasto para programas que aprovechen y potencien la red social de los comedores populares, vaso de leche y organizaciones comunitarias.

La crisis posiblemente golpee en mayor medida a algunas ciudades de la costa, que han crecido fuertemente en los últimos años en base a la agroexportación y la construcción. Un monitoreo continuo de las condiciones sociales en el país y una respuesta rápida con programas de empleo temporal en pequeñas obras de infraestructura, debería establecerse como un sistema permanente ante emergencias sociales.
www.actualidadeconomica-peru.com/anteriores/ae_2008/dic2008/editorial_dic_2008.pdf -

Paquete anticrisis: crítica y alternativas

lunes, 15 de diciembre de 2008

El Presidente García ha anunciado un paquete de medidas anti-crisis. ¿Nos resguardará de la crisis? Evitará los despidos, el empobrecimiento de los agricultores, la pérdida de posibilidades para las micro y pequeñas empresas? Ayudará a las familias pobres a capear el temporal?

El discurso de García con el paquete anti-crisis implica un reconocimiento de que no estábamos “blindados”, como lo repitiera tantas veces. Más vale tarde que nunca, aunque el tiempo perdido en responder a la crisis internacional tiene un alto costo, haciendo que algunos de los golpes que nos dará esta crisis sean irremediables.

El centro del paquete son los 10,000 millones de soles de impulso fiscal, que resultaría necesario para compensar la caída de exportaciones e inversiones. Pero buena parte de eso ya estaba programado. Por ejemplo, los 10,000 millones incluyen 2,200 millones de soles de Foniprel, que ya estaban previstos.

Hay que recordar que, según el Presupuesto 2009 aprobado, el Gasto de Inversión era de solo S/. 16,2 mil millones, frente a un Presupuesto 2008 Modificado (con Créditos Suplementarios) de S/. 26.5 mil millones. En esta línea, aun si hubieran S/. 10 mil millones adicionales, éstos sólo nos pondrían en un nivel de inversión pública igual que el 2008.

Finalmente, cabe la duda si ese impulso fiscal, principalmente vía inversiones, llegará a tiempo. La experiencia del “shock de inversiones” fue aleccionadora respecto de cómo demora aumentar la inversión pública, aunque tal vez la máquina pública ya está más aceitada y acelerar proyectos en marcha sea más fácil que iniciar nuevos proyectos.

En suma, grandes dudas sobre este tema. ¿Hay impulso fiscal? Pienso que sí, aunque mucho menos de lo anunciado ¿Llegará a tiempo? Dudo que sea significativo antes de fines del 2009, cuando ya sería demasiado tarde.

Ahora bien, si hay dudas, hay también certezas. Está claro que el paquete tiene muy poco componente redistributivo y anti-pobreza, y por el contrario con alto énfasis en el gran capital y la inversión privada.

Respecto de lo primero, hay pocos respecto de programas sociales, empleo y agricultura, nada sobre educación y salud. Tal vez 300 millones de soles extra para nutrición, cuando ya el presupuesto recorta 400 millones de soles a los municipios para programas sociales. Apenas 100 millones de soles de “apoyo a trabajadores en áreas afectadas”. Se anuncia el programa Sierra Productiva, pero sin presupuesto ¡ Se destina menos a estos sectores, que a las viviendas de US$ 100,000 para los sectores de altos ingresos, que recibirían 900 millones de soles!. Y claro, se les permite a las mineras y otras empresas pagar impuestos con obras que no serán fiscalizadas, mientras ya no pagarán el “óbolo minero”.

La poca atención a los despidos y empobrecimiento de los agricultores y microempresas que traerá la crisis, será sin duda una de las razones para que 2009 sea recordado como el año en que el segundo gobierno de García consolidó el rechazo popular.

Primero lo primero
Vale la pena insistir en que la política económica debe tener como objetivo mejorar la vida de la gente. Si en los últimos años de crecimiento económico la educación y la salud no han mejorado y los niños, los ancianos y las personas con discapacidad han estado desatendidos, por lo menos deben ser protegidos durante la crisis. Si muchas familias pobres no se beneficiaron durante los años de “vacas gordas”, pues que no sufran ahora las consecuencias en los tiempos de “vacas flacas”. Si ya la economía, por los ciclos provocados por el mercado, dejará a cientos de miles sin empleo y reducirá los magros precios que los campesinos reciben por sus productos, pues que tengan un alivio con mejor educación, salud y programas sociales.

En una situación de crisis, aumentar el gasto social tiene también una lógica macroeconómica. Es claro que cualquier paquete anti-crisis tiene que aumentar el gasto público. Así lo están haciendo Estados Unidos, Europa, China y muchos otros países. Sólo así se podrá compensar la caída en la demanda agregada, que se está produciendo por las menores compras de nuestras productos en el exterior y por la disminución y el encarecimiento del crédito.

Pero especial énfasis tiene que ponerse en defender el empleo y los salarios, las micro y pequeñas empresas y la agricultura. En relación a los trabajadores, la medida principal es evitar la recesión. Junto con ello, el gobierno puede dar un apoyo especial al empleo y los salarios, estableciendo pactos con sectores productivos para que mantengan el empleo y los salarios, no hayan despidos ni recortes en beneficios laborales, lo que puede tener como contrapartida que el Tesoro Público asuma parte de las contribuciones a la seguridad social, tanto de salud como de pensiones.

El gobierno debe asegurar que el crédito llegue, y en mejores condiciones, a agricultores y mypes, y evitar que se les remate tierras o maquinarias por causa de la crisis. Programas de compras estatales, de alimentos para programas sociales que deben ser ampliados, y de uniformes y calzado escolar, mobiliario y otros, deben servir para mantener el mercado a estos sectores. El gobierno también debe intervenir para abaratar los insumos, por ejemplo con la úrea, que mantiene un alto precio en el Perú a pesar de haber caído mucho a nivel internacional. La reducción de precio de los combustibles también puede ayudar, tanto a productores como a consumidores.

La crisis posiblemente golpee en mayor medida a algunas ciudades de la costa, que han crecido fuertemente en los últimos años en base a la agroexportación y la construcción. Un monitoreo continuo de las condiciones sociales en el país y una respuesta rápida con programas de empleo temporal en pequeñas obras de infraestructura, debería establecerse como un sistema permanente ante emergencias sociales.

El ver a unos cuantos concentrar los beneficios económicos del crecimiento, sin que se beneficie la mayoría, ya ha causado fuertes tensiones en la sociedad peruana. Que ahora, por la crisis, empeoren las condiciones de estas mayorías, puede resultar insoportable. Un programa reactivador es necesario, pero éste no puede consistir en que se destinen los recursos fiscales principalmente a grandes empresas constructoras asegurándoles altos beneficios, con el pretexto de las “Alianzas Público-Privadas”. El énfasis de un programa anti-crisis tiene que estar en mayor gasto social para mejorar la educación y la salud y proteger a los más vulnerables, y en defender el empleo, los salarios y los ingresos de la mayoría de peruanos que viven del autoempleo.

Paquete anti-crisis: Dudas y certezas

sábado, 13 de diciembre de 2008

El Presidente García ha anunciado un paquete de medidas anti-crisis. ¿Nos resguardará de la crisis? Evitará los despidos, el empobrecimiento de los agricultores, la pérdida de posibilidades para las micro y pequeñas empresas? Ayudará a las familias pobres a capear el temporal?

El discurso de García con el paquete anti-crisis implica un reconocimiento de que no estábamos “blindados”, como lo repitiera tantas veces. Más vale tarde que nunca, aunque el tiempo perdido en responder a la crisis internacional tiene un alto costo, haciendo que algunos de los golpes que nos dará esta crisis sean irremediables.

El centro del paquete son los 10,000 millones de soles de impulso fiscal, que resultaría necesario para compensar la caída de exportaciones e inversiones. Pero buena parte de eso ya estaba programado. Por ejemplo, los 10,000 millones incluyen 2,200 millones de soles de Foniprel, que ya estaban previstos.

Hay que recordar que, según el Presupuesto 2009 aprobado, el Gasto de Inversión era de solo S/. 16,2 mil millones, frente a un Presupuesto 2008 Modificado (con Créditos Suplementarios) de S/. 26.5 mil millones. En esta línea, aun si hubieran S/. 10 mil millones adicionales, éstos sólo nos pondrían en un nivel de inversión pública igual que el 2008.

Finalmente, cabe la duda si ese impulso fiscal, principalmente vía inversiones, llegará a tiempo. La experiencia del “shock de inversiones” fue aleccionadora respecto de cómo demora aumentar la inversión pública, aunque tal vez la máquina pública ya está más aceitada y acelerar proyectos en marcha sea más fácil que iniciar nuevos proyectos.

En suma, grandes dudas sobre este tema. ¿Hay impulso fiscal? Pienso que sí, aunque mucho menos de lo anunciado ¿Llegará a tiempo? Dudo que sea significativo antes de fines del 2009, cuando ya sería demasiado tarde.

Ahora bien, si hay dudas, hay también certezas. Está claro que el paquete tiene muy poco componente redistributivo y anti-pobreza, y por el contrario con alto énfasis en el gran capital y la inversión privada.

Respecto de lo primero, hay pocos respecto de programas sociales, empleo y agricultura, nada sobre educación y salud. Tal vez 300 millones de soles extra para nutrición, cuando ya el presupuesto recorta 400 millones de soles a los municipios para programas sociales. Apenas 100 millones de soles de “apoyo a trabajadores en áreas afectadas”. Se anuncia el programa Sierra Productiva, pero sin presupuesto ¡ Se destina menos a estos sectores, que a las viviendas de US$ 100,000 para los sectores de altos ingresos, que recibirían 900 millones de soles!. Y claro, se les permite a las mineras y otras empresas pagar impuestos con obras que no serán fiscalizadas, mientras ya no pagarán el “óbolo minero”.

La poca atención a los despidos y empobrecimiento de los agricultores y microempresas que traerá la crisis, será sin duda una de las razones para que 2009 sea recordado como el año en que el segundo gobierno de García consolidó el rechazo popular.

Perú 2009: Keynes y los espíritus animales

sábado, 6 de diciembre de 2008

John Maynard Keynes decía que eran los “espíritus animales” de los inversionistas, que reaccionan a veces con euforia y a veces con pesimismo, los causantes de los ciclos económicos y las recesiones. Hoy, que Keynes ha regresado con tanta fuerza, debemos enfrentar otros espíritus animales.

Hasta el momento, el espíritu de Alan García frente a la crisis internacional ha sido como el que simboliza el avestruz: mete la cabeza bajo tierra y cree que ya no hay crisis. Hará grandes discursos, pero se rehúsa a reconocer la realidad e insiste en que se trata de una “crisis de crecimiento”. Es también una avestruz agresiva: como no le gusta la realidad, amenaza a los mensajeros que traen las malas noticias con expulsarlos en una balsa.

García ha insistido en que la mejor respuesta ante la crisis es cerrar los ojos y gritar fuerte que tenemos fe, como quien sigue a un carismático orador evangelista (él), y así atraeremos capitales, seremos felices y comeremos perdices.

Pero lo cierto es que los pronósticos son cada vez peores. No cabe duda que esta crisis es una de las más graves en un siglo. La recesión ya está oficialmente declarada en Estados Unidos, Europa y Japón, y cientos de miles pierden su empleo. El crecimiento de EEUU para el próximo año se estima en -1%. Rescatar al Citibank costó 45 mil millones de dólares más el respaldo a créditos dudosos por otros 200 mil millones. Ford, GM y Chrysler no sobreviven sin otros 34 mil millones.

En el Perú ya los bancos y consultoras empresariales, siempre optimistas, han bajado sus pronósticos de crecimiento para el 2009 en 3 puntos porcentuales, y dicen que puede ser peor. No se puede seguir como el avestruz. Parece que García ya se dio cuenta y prepara un discurso con medidas anti-crisis.

Por su parte, el ministro Valdivieso conoce el riesgo de la crisis; lo dijo públicamente antes de la agudización de la crisis internacional en setiembre pasado. No es como el avestruz. Pero como ex - funcionario del FMI, se comporta como lo ha hecho por décadas y aplica la misma receta de siempre del FMI: recorte del gasto público. Pero cuando la economía entra en recesión, reducir el gasto público disminuye aún más la demanda, agravando la crisis.

KEYNES DE REGRESO….

En ese contexto, ha ganado un amplio consenso la necesidad de aplicar una política keynesiana de estímulo a la demanda. Todos recordamos que hablar de políticas keynesianas, que implican una masiva intervención estatal en la economía para atenuar los ciclos del capitalismo, era hasta hace unos años una mala palabra para nuestros neoliberales criollos. Después de todo, su ideología es de “libre mercado”, e insistían en que nada que hiciera el estado en la economía puede ser bueno.

Felizmente, han aprendido. Entre la recesión provocada por la inacción del BCR en la crisis de 1999, la terca insistencia de algunos profesores keynesianos en sus clases universitarias y lo que hoy hacen Estados Unidos, Europa y China ante la crisis, han cambiado de opinión. La Confiep, Jaime de Althaus, Aldo Mariátegui y Gonzalo Prialé hoy claman por una rápida y masiva intervención del estado para reorientar una economía que, si la dejamos al “libre mercado”, se va en picada. Que agradable sorpresa.

Pero hay dos problemas críticos que estos nuevos “keynesianos de derecha” no llegan a comprender. Ellos correctamente insisten en una política keynesiana de estímulo a la demanda, pero quieren profundizar el camino que hemos seguido estos años, el de un neoliberalismo con altos privilegios a las grandes empresas y apertura externa con TLCs.

En otras palabras, pregonan el libre mercado excepto en tiempos de crisis, cuando lo que proponen es ayudar a los bancos y darles más fondos a las grandes empresas para “estimular su inversión”. Su propuesta es, entonces, que el estado financie una serie de grandes inversiones de infraestructura, pero bajo un esquema en el que estas inversiones se dan en concesión a las empresas privadas pero con subsidio del estado.

La idea de una combinación público-privada en infraestructura no es mala per se, pero como de costumbre las grandes em´presas en este sector quieren ganar a río revuelto: altas ganancias para la empresa privada, mientras el estado subsidia fuerte y asume los riesgos. Además, esas inversiones son lentas cuando lo que se necesita es una respuesta rápida, y políticas para atraer capitales cuando éstos se están concentrando en los países desarrollados son poco efectivas.

…PERO CON GASTO SOCIAL Y EQUILIBRIO EXTERNO

Por el contrario, pensamos que en una época de crisis debe ponerse énfasis en el gasto público directo y con contenido social. Este puede incluir construcción de infraestructura, pero directamente financiada por el Estado, resguardando el interés público y privilegiando aquella que es intensiva en empleo, como las pequeñas obras comunales, el agua potable y el mantenimiento de colegios, centros de salud y caminos rurales.

Otro componente importante de un gasto público en épocas de crisis deben ser los gastos en sectores sociales. En los países desarrollados éstos se centran en el seguro de desempleo, pero por estas latitudes pueden implicar programas de empleo temporal, más gasto en educación y salud, refuerzo de esquemas pensionarios o ampliación de programas nutricionales. La política keynesiana con la que Franklin Roosevelt enfrentó la recesión de los años 30s y estableció el llamado “New Deal” tuvo muy fuerte este contenido social.

El segundo problema crítico que se olvidan de considerar en esta crisis muchos neoliberales convertidos al keynesianismo, es el problema externo. Nuestras importaciones se han duplicado en los dos años de gobierno aprista, impulsadas por la rebaja de aranceles – un TLC adelantado- y el retraso cambiario. La caída de precios de nuestras materias primas – el cobre ha pasado de 3,50 dólares la libra a menos de 1,50 – y la menor demanda de nuestras exportaciones no tradicionales como los textiles, hacen insostenible importar 2,500 millones de dólares mensuales.

Hemos perdido en tres meses US$ 5,000 millones de reservas internacionales, y con ese desequilibrio externo, no aguantamos un año. ¿Es que ya olvidamos el desastre que fue la economía en el primer gobierno de Alan García, cuando las RIN se agotaron y la devaluación e inflación se dispararon?

Reestablecer aranceles, defendernos del dumping y las importaciones subsidiadas, reducir las importaciones de bienes de lujo, promover nuestras exportaciones no tradicionales más agresivamente y devaluar con cautela, son medidas indispensables que no deben demorar en tomarse. De lo contrario, las medidas anti-crisis de hoy pueden significar simplemente patear los problemas a un futuro no muy lejano, donde éstos llegarán acrecentados.