Desarrollo descentralizado, universidades y tecnología

sábado, 22 de agosto de 2009

Necesitamos desarrollo descentralizado, y para ello las Universidades deberían jugar un rol clave orientado a mejorar la productividad en las regiones. Podrían investigar nuevos productos de costa,sierra y selva que tengan mercado y sean buenos negocios. Nuevas formas de atender la salud usando nuestras plantas medicinales y nuestros conocimientos tradicionales. Aprovechamiento de nuestro variado medio ambiente. Educación adaptada a las realidades regionales. Adaptación de las tecnologías que vienen de otras partes del mundo. Antenas abiertas a la creación tecnológica, no solo de EstadosUnidos, sino también del Asia y de Latinoamérica.

Sin esa iniciativa, para la cual las universidades son las llamadas a tener la mayor iniciativa, seguiremos condenados a inversiones y tecnologías extranjeras, muchas de las cuales no se adaptan bien a nuestra sierra y selva, que seguirán siendo las regiones más atrasadas del país. Sin tecnologías propias y apropiadas a nuestras regiones, la descentralización económica seguirá siendo una quimera inalcanzable, y seguiremos siendo un país dependiente en lo económico,pero también en lo político y social.

El abandono de la investigación, de las universidades y de la innovación tecnológica hoy prevaleciente, es parte de un modelo de desarrollo que no ve las potencialidades de nuestro país, de nuestros recursos naturales y de nuestra gente. Quienes como Alan García creen que el Perú solo vale porque hay minerales y petróleo que extraer, no creen que haya que invertir en universidades o tecnología propia, sino solamente traerlas del exterior para extraer recursos, usando el “cholo barato”.

Un nuevo modelo de desarrollo tiene que invertir en nuestras universidades, sobretodo regionales. Tiene que lograr que haya universidades que investiguen sus regiones, y que sean aliadas de los gobiernos regionales, municipalidades y empresas en el desarrollo regional. Tiene que lograr universidades donde los estudiantes no solo lean libros y discutan teorías alejadas latitudes, sino que conozcan su realidad, apliquen ahí sus conocimientos y en la practica misma innoven y generen desarrollo.

Es posible. Se necesita presupuesto, liderazgo y capacidad. Se necesita darles a las Universidades condiciones económicas, pero también condiciones de gobernabilidad, y se necesita que tengan alianzas con los actores que en las regiones están generando desarrollo. Es posible.

Puede bajar el audio en:

Núcleos Ejecutores: El pasado y el Presente

En su mensaje de 28 de julio, el Presidente García dijo que, como los gobiernos regionales y municipios no ejecutan el gasto público y hacen obras, habrá que dárselas a la población para que “núcleos ejecutores juveniles” las hagan. Luego de un debate en medios de prensa y de varios cambios de opinión sobre quién se haría cargo de esos “núcleos Ejecutores”, el gobierno finalmente promulgó un Decreto formalizando su funcionamiento.

Habiendo llegado a ser director de Foncodes luego de haber hecho algunos estudios sobre el tema, y conociendo por eso de cerca la experiencia de los Núcleos Ejecutores que inventó esa institución, vale la pena esclarecer porqué y hasta qué punto fueron exitosos.

Recordemos primero las características de los Núcleos Ejecutores de Foncodes. La comunidad elegía en asamblea que obra realizar, de una lista posible y elegía a 4 directivos que conformaban el Núcleo Ejecutor. No se necesitaba para ello tener proyectos definitivos ni pasar por el SNIP, como ahora exige el MEF a los municipios para incluir obras en su presupuesto participativo; los estudios los contrataba y financiaba Foncodes. Luego de ello, elaborado el proyecto y su presupuesto, el Núcleo Ejecutor recibía los fondos para llevar a cabo la obra y hacer las compras. El equipo técnico de Foncodes, desconcentrado en todas las regiones, cumplía funciones claves: seleccionaba a los profesionales que debían hacer los estudios y presupuesto de las obras, a los técnicos que debían dirigirlas, y a los profesionales que las supervisaban.

El sistema funcionaba para hacer obras en zonas rurales. Puedo decir con orgullo compartido con los trabajadores de Foncodes, entre otros logros, que cuando se nos encargó reconstruir más de cien colegios y centros de salud rurales destruidos por el terremoto que en junio del 2001 asoló el sur del país, en menos de 8 meses estaban todos listos. Lástima que, en una de las malas decisiones de este gobierno, se decidiera desactivar Foncodes, para luego revivirlo a medias y sólo ahora, parece, darle nuevamente vida.

Por cierto, este sistema sólo operaba en zonas rurales. No era por capricho: es allí donde las instituciones públicas están menos presentes y donde la organización comunitaria, históricamente, funciona mejor y representa claramente a todas la población. En las ciudades, donde los municipios y los ministerios son más fuertes, es mucho más difícil establecer quién representa a la comunidad, de tal manera que si – como en el caso actual – no hay reglas claras respecto de la elección de esos representantes, se abre la puerta al clientelismo y la corrupción.

También hay que añadir que este sistema se estableció cuando los municipios y las instituciones públicas eran mucho más débiles que ahora. En los últimos 8 años, la inversión municipal se ha multiplicado por diez, y las capacidades de las municipalidades para hacer obras son mucho mayores.

Pero, existiendo hace años algunas razones para justificar la existencia de los Núcleos Ejecutores, no puede olvidarse que bajo el fujimorismo estos como un gigantesco esquema de clientelismo político: mediante ofrecer obras poco antes de las elecciones, obligar que las obras tuvieran grandes avisos color naranja y placas con el nombre del dictador bien resaltado, se afirmaba una relación del tipo “solo hago tu obra si votas por mí en las próximas elecciones”. Fujimori logró así respaldo político para por otro lado embolsarse miles de millones de privatizaciones en sus bolsillos y de sus familiares. Mientras tanto, debilitaba a los municipios, luego de haber desaparecido brutalmente a los gobiernos regionales.

Así bajo Fujimori los Núcleos Ejecutores eran eficaces en hacer obras pero también en fortalecer la dictadura y debilitar la descentralización. Por eso, cuando meses después de fugado Fujimori asumimos la dirección de Foncodes, establecimos algunos cambios fundamentales. Establecimos un Comité de Transparencia, independiente de la dirección, con miembros externos, que evitara todo clientelismo y corrupción.

También vinculamos los proyectos a los municipios estableciendo que debían decidirse dentro de los planes y presupuestos participativos, y conformando Núcleos Ejecutores con participación del municipio. Posteriormente, con el avance de la descentralización, se trasladó el presupuesto a los municipios, aunque lamentablemente sin aprovechar la capacidad técnica y de gestión de Foncodes.

El gobierno aprista ha resucitado a Foncodes y los Núcleos ejecutores. Pero lo ha hecho de la peor manera. No hay un mínimo de transparencia. La apresurada juramentación de 100 Núcleos Ejecutores en Lima, un día de haberse anunciado la idea al país y sin que medie ninguna convocatoria pública o norma legal al respecto, son muy indicativos de que ese clientelismo está de regreso, hoy hacia quienes tienen el carné de la estrella aprista. El Presidente ha dicho que el pueblo será el fiscalizador, pero ¿cómo podemos fiscalizar si no sabemos a quiénes se ha entregado dinero, cuánto se les ha dado y para qué? Al día de hoy, la hoja web de Foncodes no dice nada de estos 100 Núcleos Ejecutores, absolutamente NADA. Si a ello añadimos un jefe de Foncodes cuyo mayor mérito es organizar mítines partidarios y ser amigo del corrupto Agustín Mantilla, las conclusiones son obvias.

Por otro lado, el Perú de hoy no es el de los 90s. Ha habido un fortalecimiento de los municipios y del presupuesto participativo, que permite que las comunidades rurales prioricen sus obras considerando no solamente su realidad aislada, sino también las sinergias que pueden hacer en su distrito en el marco de plantes de desarrollo concertados. Este camino, el camino de la descentralización, es un camino mucho más democrático, y eficaz en el largo plazo, construyendo una institucionalidad sostenible. Pero la iniciativa del gobierno viene luego de que ha habido diversos recortes en el Foncomun, el canon y los llamados “recursos ordinarios” entregados a los municipios, reintegrados luego en forma parcial y tardía. Así, el gobierno ha optado por atentar contra los municipios, en vez de por fortalecerlos. La decisión de que ministerios y gobiernos regionales ahora vayan a encargarse de pequeñas obras, de carácter municipal, mediante estos Núcleos Ejecutores bamba, solo es una profundización de su política anti-municipal.

Esta decisión del gobierno se ha tomado, además, cuando en medio de la crisis, los datos muestran que, en el primer semestre de este año, los municipios han sido mejores ejecutores del gasto público que el gobierno central que dirige Alan García, y mucho mejor que los gobiernos regionales. De tal manera que cuado Alan García justifica esta medida por la lentitud de la inversión pública debe mirar la viga en el ojo propio antes de ver la paja en ajeno.

Por el contrario, lo que hay que hacer es facilitar a los municipios la ejecución de obras dándoles presupuesto y quitándoles trabas innecesarias, fortalecer los procesos participativos, y dar asistencia técnica y fortalecer las capacidades de los municipios. En este esquema, nuevas formas de ejecutar las obras, con mayor flexibilidad y cogestión entre municipio y comunidad, que superen las rigideces actuales, pueden tener un rol que jugar.

Publicado: En el Suplemento Semana del Diario El Tiempo

Estamos sin política social

sábado, 15 de agosto de 2009

El Perú con el gobierno actual carece de una política social. Ica y el sur espera todavía por la reconstrucción. La salud pública está en tan mal estado que cientos mueren de frío en el sur. La crisis genera despidos masivos y empobrece a cientos de miles de agricultores, y no hay respuesta alguna. Los programas alimentarios, el vaso de leche y los comedores populares, no han tenido una sola propuesta de mejora. La desnutrición crónica no disminuye, y en contradicción a lo que dice el gobierno, las propias encuestas del INEI muestran que el acceso al agua potable y el alfabetismo casi no han aumentado.

Toda la atención del gobierno ha estado centrada en atraer la inversión, sobretodo extranjera, dándoles condiciones más y más favorables. Alan García cree en la teoría del “chorreo”, que los pobres esperen nomás que algún día les llegará el empleo que buscan, que se conformen con las migajitas que caen para algunos y que con esos centavos mejoren su vida. O, quien sabe, simplemente no le importan.

Valga la oportunidad para recordarle a Alan García la importancia de la política social. La educación, la salud y la seguridad social son componentes esenciales de la calidad de vida. El progreso en ellos no deviene naturalmente del crecimiento económico y menos de uno con alta concentración de la riqueza; se necesita una acción pública fuerte y coherente. Una política social fuerte y eficaz es indispensable para la sobrevivencia y fortalecimiento de la democracia. Son un pilar básico de la legitimidad del Estado, que hace sentir a los ciudadanos que la democracia trabaja para ellos. Son un elemento fundamental para establecer condiciones de equidad mediante derechos sociales y redistribuir la riqueza creada.

Pero las políticas sociales exitosas no son improvisadas. La vinculación entre el aparato del estado y la sociedad es vital en ellas, pero para su eficacia hace falta liderazgo, planificación y gerencia. La participación ciudadana es importante en las políticas sociales, pero no reemplaza al conocimiento técnico y a la buena organización estatal; al revés, solo es útil cuando la complementa. La conducción política debe articular la organización estatal con la ciudadanía mediante mensajes claros y no lanzando ideas sin estrategia.

Frente al abandono del gobierno de la política social, se requiere otra mirada para el desarrollo. Una que de más prioridad a mejorar la educación, la salud y la vida, y que equilibre lo económico y lo social, potenciando ambos. Hacerlo exige, por cierto, también considerar de otra manera a los actores del desarrollo: las grandes empresas privadas no son eficaces en lo social; hace falta un Estado más comprometido y que trabaje estrechamente con la población, con los promotores de salud, los maestros y las comunidades y pueblos indígenas. El Perú necesita una buena política social, de salud, de seguridad social, de trabajo y educación, y para eso necesitamos políticos que les den prioridad.

Puede escuchar audio en:

La mayor dificultad contrala pobreza

“La mayor dificultad en la lucha contra la pobreza es la dispersión poblacional y la distancia andina”: Alan García, 28/07/08.

He ahí la nueva teoría de nuestro Presidente: ya no son los perros del hortelano, ahora son las distancias, las que mantienen la pobreza en el Perú. No se debe haber dado cuenta que, no muy lejos de Palacio de Gobierno, en los callejones y casas ruinosas del Rímac y en los asentamientos humanos de San Juan de Lurigancho, persiste la pobreza.
Podríamos recordarle que en las ciudades del Perú, mas de 25% son pobres según las cifras oficiales. Esos obreros que siguen ganando los mismos salarios que una década atrás y esas madres de familia que en un barrio marginal ven los precios subir sin una respuesta del gobierno, se quedaron fuera del discurso presidencial. Dejar los salarios y la inflación, dos cuestiones claves si queremos realmente hablar de la economía popular, fuera del mensaje, han sido una grave omisión. ¿Está el presidente desconectado de las preocupaciones populares, o es que simplemente carece de alternativas ante esta situación? Tal vez ambos.

Es verdad que la pobreza es mayor en las zonas rurales, y es verdad que existen una serie de dificultades en hacer llegar a las comunidades campesinas y nativas, buenos servicios de educación y salud, vías de transporte y desarrollo económico. Pero lo que mantiene elevada la pobreza rural es la penosa inacción del Estado: apenas 15% de los cien mil kilómetros de caminos rurales tienen apoyo estatal para su rehabilitación y mantenimiento. Ni que hablar de las deficiencias de la salud y educación rurales.

Frente a esta realidad, García se ha justificado diciendo que construir más caminos demandaría “un esfuerzo tributario que la inmensa mayoría no estaría dispuesto a hacer”. Pero quienes deberían sostener con impuestos la necesaria acción publica para incluir a los pueblos rurales, por cuestión de justicia, debieran ser las empresas mineras y petroleras que hoy obtienen ganancias extraordinarias, así como quienes han ganado millones en la bolsa de valores y que no pagan ningún impuesto por eso. A Alan García, claro, no se le ocurre tal posibilidad.

El Presidente olvida que cerca a las carreteras y a las ciudades también podemos encontrar muchos campesinos pobres, porque su productividad es baja y porque el gobierno sigue prefiriendo la importación de alimentos que apoyar la producción nacional. En el absurdo, Alan García habla de promover la asociatividad agraria, al mismo tiempo que ha promulgado diversos decretos legislativos afectando a las comunidades campesinas, facilitando que sus tierras les sean arrebatadas por grandes empresas. Y por cierto, no ha dicho palabra sobre los yachachiqs y la capacitación de campesino a campesino, con tecnologías adaptadas y baratas, que son las experiencias que desde abajo han venido logrando sacar a los campesinos de la pobreza.

La mayor dificultad en la lucha contra la pobreza, es que tenemos un gobierno y un estado al que, mas allá de los discursos, la desigualdad y la exclusión le importan muy poco. El argumento de la dispersión y la distancia no es mas que un mal pretexto. Como un estudiante que justifica su mala nota diciendo que la prueba estuvo muy difícil, y no reconociendo su falta de dedicación y esfuerzo.

Deficiencia inexcusable

domingo, 9 de agosto de 2009

Durante 3 años, el gobierno ha ninguneado a la política social. La salud pública está en tan mal estado que cientos mueren de frío en el sur. La crisis genera despidos masivos y empobrece a cientos de miles de agricultores, y no hay respuesta alguna. Ica y el sur esperan todavía por la reconstrucción. Los programas alimentarios, el vaso de leche y los comedores populares no han tenido una sola propuesta de mejora. La desnutrición crónica no disminuye y, en contradicción a lo que dice el gobierno, las propias encuestas del INEI muestran que el acceso al agua potable y el alfabetismo casi no han aumentado.

Toda la atención del gobierno ha estado centrada en atraer la inversión, sobre todo extranjera, dándole condiciones más y más favorables. Alan García cree en la teoría del “chorreo”, que los pobres esperen nomás que algún día les llegará el empleo que buscan, que se conformen con las migajitas que caen para algunos y que con esos centavos mejoren su vida. O, quién sabe, simplemente no le importan.

Política Social: Déficit del Gobierno
Desde luego que uno puede recordar iniciativas sociales del gobierno, revisando periódicos pasados. Como el anuncio del 28 de julio del 2006 de que se municipalizaría la salud, o la decisión de desaparecer Foncodes tomada año y medio atrás. Pero no solo hay anuncios que nunca se concretaron, como estos. También hay los programas chambones, como el de alfabetización, que Alan García insiste en defender cuando usa una metodología absolutamente ineficaz, o el de Sierra Exportadora, que tras su fracaso está tan escondido que nadie se acuerda de él. Pero muy poco, casi nada, puede uno recordar políticas sociales exitosas, bien pensadas, con estrategias claras, equipos técnicos sólidos y respaldo presupuestal y político.

Por esto creo que, en un análisis de la política social, no hay que darle importancia a esta idea de los Núcleos Ejecutores recientemente lanzada. Es, igual que otras, una idea apresurada, sin sustento técnico y precisión respecto de cómo debe hacerse, y sin profesionales que lo puedan llevar a cabo. Ni siquiera saben, García y Arana, las evaluaciones que se hicieron en el pasado y las reformas que se promovieron. Podrá ser una forma burda de repartir plata a dirigencias que buscan cooptar a su partido, pero nada más.

Debo confesar que esta dejadez y torpeza del gobierno alanista en lo social me sorprendió a inicios de su gobierno. No esperaba de Alan García otra cosa que la traición de su promesa de revisar el TLC línea por línea y renegociarlo a favor de los agricultores, pero sí pensé que tendría más iniciativa social. Total, hasta un gobierno de derecha puede ser innovador en lo social; no redistribuye mucho, pero puede mejorar la eficacia de lo existente. De esa manera, además, se ganaría algo de apoyo popular.

Pero no. Resultó que Alan García tenía una ceguera ideológica completa, una fe absoluta en las trasnacionales y los monopolios como los únicos agentes de progreso. El problema es que la crisis económica contradice cada día su visión, a pesar de lo cual él se aferra tercamente a su ideología: esperemos dice, la crisis pasará y regresaremos al paraíso del crecimiento económico, aunque para la enorme mayoría los beneficios de ese crecimiento hayan sido pocos o nulos.

Repaso Necesario
Valga la oportunidad para recordarle a Alan García la importancia de la política social y algunas de sus leyes fundamentales. La educación, la salud y la seguridad social son componentes esenciales de la calidad de vida. El progreso en ellos no deviene naturalmente del crecimiento económico y menos de uno con alta concentración de la riqueza; se necesita una acción pública fuerte y coherente. Cuando un país tiene sus sectores sociales bien parados, hay una defensa social frente a las crisis económicas: las familias tienen dónde guarecerse cuando llueve.

Una política social fuerte y eficaz es indispensable para la sobrevivencia y fortalecimiento de la democracia. Son un pilar básico de la legitimidad del Estado, que hace sentir a los ciudadanos que la democracia trabaja para ellos. Son un elemento fundamental para establecer condiciones de equidad mediante derechos sociales y redistribuir la riqueza creada.

Pero las políticas sociales exitosas no son improvisadas. La vinculación entre el aparato del estado y la sociedad es vital en ellas, pero para su eficacia hace falta liderazgo, planificación y gerencia. La participación ciudadana es importante en las políticas sociales, pero no reemplaza al conocimiento técnico y a la buena organización estatal; al revés, solo es útil cuando la complementa. La conducción política debe articular la organización estatal con la ciudadanía mediante mensajes claros y no lanzando ideas sin estrategia.

Lo único que a Alan le importa
Y bueno, como Alan cree que la economía es lo único que importa, acá una repasada de los efectos que la política social tiene sobre la economía.

La inversión social en capital humano es indispensable para que la economía pueda progresar en el largo plazo. Sin gente educada, el progreso tecnológico se hace muy lento, y para que nuestros niños aprendan, necesitan buena salud y nutrición.

El gasto social es también un componente importante de una política fiscal anticrisis, que estimula la demanda agregada de la misma forma que el gasto en infraestructura. Si se requiere, como ahora, un impulso fiscal fuerte, hacer efectivo el aseguramiento universal en salud y que la gente no tenga que pagar por exámenes y medicinas en los hospitales públicos, limpiar los pasivos ambientales y prevenir la contaminación, reforzar los wawawasis, mejorar y hacer universales los desayunos escolares, establecer buenas bibliotecas escolares y pagar maestros para que hagan actividades extracurriculares y ayuden a los alumnos con dificultad, hacer masivos programas como Sierra Productiva y otros orientados a aumentar la productividad e ingresos campesinos, son buenas formas de hacerlo.

Finalmente, no hay que olvidar que servicios sociales como la educación, la salud o el cuidado infantil son intensivos en empleo y tienen fuertes eslabonamientos internos. Son por eso también una alternativa al desempleo y la desarticulación productiva.

Otra Mirada
Se requiere otra mirada para el desarrollo. Una que dé más prioridad a mejorar la educación, la salud y la vida, y que equilibre mejor lo económico y lo social, potenciando ambos.

Hacerlo exige, por cierto, también considerar de otra manera a los actores del desarrollo: las grandes empresas privadas no son eficaces en lo social; hace falta un Estado más comprometido y que trabaje estrechamente con la población, con los promotores de salud, los maestros y las comunidades y pueblos indígenas. Ya va a llegar el día, ponte el sol.

Publicado en el diario La República
http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20090809/20/pagina/14

En salud, despistadazo

sábado, 8 de agosto de 2009

Las referencias del Presidente García en relación a la salud en su mensaje presidencial fueron tan certeras como aquél anuncio de que ya se estaba construyendo en la selva un penal del que ni siquiera el ministro de Justicia tenía idea que se estuviera planeando.
Las referencias no fueron muchas, por cierto, lo que ya es revelador de la importancia que le asigna Alan García al tema. Pero además, exhibieron un triunfalismo tan alejado de la realidad, que asusta.
El discurso tuvo tres elementos de referencia a la salud pública. En primer lugar, se refirió a la gripe AH1N1, y justo cuando se dio el primer fallecimiento en Puno donde este virus puede causar estragos ya que, incluso sin él, hay cerca de 50 fallecidos por el friaje. Para el presidente, nuestra respuesta a la gripe llamada “porcina” ha sido muy buena…pero el virus se expande sin control, los muertos se acumulan, los pobres del Perú no han recibido información de cómo cuidarse, a la mayoría de los afectados no se les hacen las pruebas de laboratorio porque no hay capacidad para hacerlas y el Tamiflu se expende sin control arriesgando un mal uso. La gripe AH1N1 agarra a la salud pública en una situación de crisis, con hospitales y redes de atención primaria sin los recursos humanos y logísticos necesarios. ¿Si este sistema de salud no pudo evitar decenas de muertes por friaje que son causadas por los virus de la gripe común, como puede esperarse que respondan adecuadamente ante un virus más agresivo y frente al que las población tiene menos defensas autoinmunes?
La segunda referencia del mensaje fue al aseguramiento universal. Al respecto, las cifras que dio sobre el pasado y el futuro no reflejan la realidad. Habló de 11 millones de asegurados por el Seguro Integral de Salud, cuando las encuestas del INEI arrojan 3 millones que eso, pero además, cuando la atención real del SIS está en crisis porque el gobierno central adeuda a hospitales y redes de salud más de 100 millones de soles de atenciones ya realizadas que no han sido reembolsadas. Habló de inicio del aseguramiento universal en 3 departamentos, pero el presupuesto para eso no se ha aprobado sino en una tercera parte y con mucha tardanza. Finalmente, habló que el aseguramiento universal significa una integración entre EsSalud y el MINSA gracias a la ley aprobada por el Congreso, cuando precisamente la ley aprobada a instancias del Poder Ejecutivo NO incluye esa integración.
La tercera referencia en el mensaje fue al alto precio de las medicinas, haciendo un llamado a concertación con los laboratorios. Pero olvida el presidente que precisamente el TLC con Estados Unidos otorga a las trasnacionales farmacéuticas mayor poder monopólico e impide o posterga la competencia que podrían hacer las industrias nacionales, promoviendo de esa manera el alza de precio. Ahora negocia un TLC con la Unión Europea que va a ampliar esos efectos negativos sobre los consumidores, a productos biológicos como vacunas, insulina y remedios hechos en base a plantas medicinales…incluso si se trata de plantas peruanas!
Lo cierto es que ni el Presidente García ni su gobierno dan importancia o tienen ideas claras respecto del reforzamiento y reforma de la salud pública. Pocos recuerdan que en su primer discurso, Alan García anunció la municipalización de la salud, de la que no queda ya ni el recuerdo.
La salud pública peruana requiere, de los líderes políticos, ponerle presupuesto, ponerle tiempo de dedicación, ponerle ideas renovadoras, ponerle corazón. No lo está recibiendo, y por eso estamos donde estamos y no parece que, en los siguientes dos años al menos, vayamos a mejorar.
Puede escuchar el audio en:

Haciendo frente a la inflación y a la pobreza

jueves, 6 de agosto de 2009

En los últimos meses, una inflación que sigue creciendo y que ya sobrepasó el 7%, ha agravado la pobreza de millones de familias peruanas.

El gobierno afirmó, hace unos meses atrás, que la pobreza se había reducido bastante. Pero la medición, cuestionada, del INEI, se refería a un periodo anterior al alza de precios. Ahora, las cosas evidentemente han cambiado, y para peor.

El Presidente García, en su mensaje a la nación, le ha echado la culpa del alza de precios a factores externos, señalando con el dedo a las empresas trasnacionales del petróleo, sin mencionar que a esas mismas empresas, que según García "han declarado la guerra al pueblo" su gobierno las trata muy pero muy bien, dándoles innumerables ventajas. Pero el presidente se ha visto obligado a reconocer que el crecimiento exagerado del consumo, favorecido por su política económica, también ha hecho lo suyo en aumentar la inflación.

Olvidando su función, frente a este serio problema el Presidente no ha dado ninguna alternativa. El haber cambiado al ministro de economía por uno proveniente del Fondo Monetario Internacional no auguraba nada bueno. Ya el nuevo ministro Valdivieso empezó con la misma receta que el FMI recomienda en todo lugar y en toda circunstancia: recortar el gasto público. Si sanar economías enfermas fuera tan fácil como aplicar siempre el mismo remedio.Tanto Valdivieso como García pierden de vista en esta coyuntura, dos elementos esenciales.
El primero es que el alza de precios de las materias primas a nivel internacional tiene dos lados de la medalla: si por un lado encarece productos como el trigo, que importamos, por otro lado también han subido de precio los productos, como el cobre que exportamos.
El detalle está en que quienes pagan harina de trigo, pan y fideos más caros son todos los peruanos, y sobretodo los más pobres, mientras quienes están ganando con el cobre más caro son solamente los accionistas de las empresas mineras. En el caso del petróleo, el asunto es escandaloso, porque aunque el petróleo es peruano, las ganancias se las llevan las empresas trasnacionales que lo extraen y lo refinan, mientras que el costo lo pagamos todos los peruanos - en este caso, cubierto principalmente por la caja fiscal. Es evidente que ante este problema, lo que corresponde es distribuir mejor los costos y los beneficios, sobretodo cuando las grandes ganancias se están haciendo con minerales y petróleo que, constitucionalmente, pertenecen a la nación y no a las trasnacionales.

El segundo elemento que ocultan García y Valdivieso es que, si bien es verdad que ha habido un aumento demasiado acelerado del consumo, es evidente que hay grandes diferencias entre quienes ganan el mismo mísero salario de antes pero ahora pueden comprar departamentos o electrodomésticos a crédito, y quienes están obteniendo enormes ganancias, cinco mil millones de dólares de las cuales se van del país.
Reducir un consumo que está creciendo demasiado rápido debe hacerse con medidas selectivas orientadas a los sectores de mayores ingresos, a quienes se les pueden cobrar mayores impuestos, y a controlar el crecimiento del crédito que sostiene consumos insostenibles o a un alto costo futuro para las familias. No tiene porqué hacerse a costa de los salarios, la educación, la salud, el apoyo al agro o la construcción de caminos que tanta falta le hacen al país.
Publicado en Ideeleradio

Núcleos Ejecutores: Como sí pueden funcionar

sábado, 1 de agosto de 2009

En su mensaje de 28 de julio, el Presidente García ha dicho que, como los gobiernos regionales y municipios no ejecutan el gasto público y hacen obras, habrá que dárselas a la población para que núcleos ejecutores juveniles” las hagan. Habiendo llegado a ser director de Foncodes luego de haber hecho algunos estudios sobre el tema, y conociendo por eso de cerca la experiencia de los Núcleos Ejecutores que inventó esa institución, vale la pena esclarecer porqué y hasta qué punto fueron exitosos.

No puedo dejar pasar, sin embargo, la premisa falsa del mensaje presidencial: los datos muestran que, en el primer semestre de este año, los municipios han sido mejores ejecutores del gasto público que el gobierno central que dirige Alan García y su gabinete. Que mire la viga en el ojo propio antes de ver la paja en ajeno, y que en consecuencia si piensa acelerar el gasto, quite presupuesto a sus ministros ineficientes y no a los alcaldes eficaces.

Recordemos primero las características de los Núcleos Ejecutores de Foncodes. La comunidad elegía en asamblea que obra realizar, de una lista posible y elegía a 4 directivos que conformaban el Núcleo Ejecutor. No se necesitaba para ello tener proyectos definitivos ni pasar por el SNIP, como ahora exige el MEF a los municipios para incluir obras en su presupuesto participativo; los estudios los contrataba y financiaba Foncodes. Luego de ello, elaborado el proyecto y su presupuesto, el Núcleo Ejecutor recibía los fondos para llevar a cabo la obra y hacer las compras. El equipo técnico de Foncodes, desconcentrado en todas las regiones, cumplía funciones claves: seleccionaba a los profesionales que debían hacer los estudios y presupuesto de las obras, a los técnicos que debían dirigirlas, y a los profesionales que las supervisaban.

El sistema funcionaba. Puedo decir con orgullo compartido con los trabajadores de Foncodes entre otros logros que, cuando se nos encargó reconstruir más de cien colegios y centros de salud rurales destruidos por el terremoto que en junio del 2001 asoló el sur del país, en menos de 8 meses estaban todos listos. Lástima que, en una de las malas decisiones de este gobierno, se decidiera desactivar Foncodes, para luego revivirlo a medias.

Por cierto, este sistema sólo operaba en zonas rurales. No era por capricho: es allí donde las instituciones públicas están menos presentes y donde la organización comunitaria, históricamente, funciona mejor. Pero como se ve, no es cuestión solamente de darle plata a las comunidades como anuncia el Presidente García. Se necesita el apoyo técnico de una institución que opere profesionalmente, y eso es lo que se ha perdido y el Presidente García parece olvidar.

Existe además el riesgo de que, al estilo fujimorista, eso sirva como un gigantesco esquema de clientelismo político: “solo hago tu obra si votas por mí en las próximas elecciones”. Fujimori logró así respaldo político para por otro lado embolsarse miles de millones de privatizaciones en sus bolsillos y de sus familiares. La apresurada juramentación de 100 Núcleos Ejecutores en Lima, un día de haberse anunciado la idea al país y sin que medie ninguna convocatoria pública o norma legal al respecto, son muy indicativos de que ese clientelismo está de regreso, hoy hacia quienes tienen el carné de la estrella aprista. El Presidente ha dicho que el pueblo será el fiscalizador, pero ¿cómo podemos fiscalizar si no sabemos a quiénes se ha entregado dinero, cuánto se les ha dado y para qué? Al día de hoy, la hoja web de Foncodes no dice nada de estos 100 Núcleos Ejecutores, absolutamente NADA.

Por otro lado, el Perú de hoy no es el del año 2000. Ha habido un fortalecimiento de los municipios y del presupuesto participativo, que permite que las comunidades rurales prioricen sus obras considerando no solamente su realidad aislada, sino también las sinergias que pueden hacer en su distrito en el marco de plantes de desarrollo concertados. De esta manera, además, se reducen los riesgos de un clientelismo corrupto. En ese sentido, entre los cambios que introdujimos en Foncodes en el 2001 estuvo la priorización participativa distrital de las obras y el modificar los Núcleos Ejecutores incluyendo en ellos a representantes de los municipios, De ese manera se mejoró la transparencia y la capacidad de gestión, y promovió la articulación entre municipios y comunidades. En contraste, ni un municipio estuvo presente en la juramentación de Núcleos Ejecutores en Palacio de Gobierno este 29 de julio.

Si de verdad se quiere fomentar las obras públicas y el desarrollo rural, el camino no es hacer las cosas “a las patadas”, amenazando a los municipios con quitarles presupuesto para dárselos a Núcleos Ejecutores sin el mínimo de transparencia. Este camino, iniciado por Alan García, solo va a acentuar las divisiones y los conflictos. Por el contrario, lo que hay que hacer es facilitar a los municipios la ejecución de obras dándoles presupuesto y quitándoles trabas innecesarias, fortalecer los procesos participativos, y establecer una institución que de asistencia técnica y fortalezca las capacidades de los municipios rurales. En este esquema, nuevas formas de ejecutar las obras, con mayor flexibilidad y cogestión entre municipio y comunidad, lo que podrían llamarse Núcleos Ejecutores mixtos, pueden tener un rol que jugar