Empezó la campaña electoral y los paganos son los municipios

domingo, 13 de septiembre de 2009

En el Presupuesto para el 2010 los municipios tendrán 2,500´000,000 de soles menos que este año. 2 mil 500 millones de soles: es una gran cantidad de dinero la que se está recortando a los municipios. Mientras tanto, el gobierno central aumenta su presupuesto de apertura en 11 mil 600 millones.

En el caso de las obras de infraestructura pequeñas, al mismo tiempo que recorta los fondos municipales, el Presupuesto 2010 asigna 316 millones de soles al Foncodes para los llamados “Núcleos Ejecutores” sin que haya mínimas normas de transparencia. Por ejemplo, hasta ahora no se sabe quienes integran, que proyectos harán y cuánto dinero han recibido los 100 Núcleos Ejecutores que Alan García juramentó en Palacio de Gobierno a fines de julio.

Ilógica Centralista
Trato de imaginarme como podría funcionar esta propuesta centralista en la municipalidad de Santo Domingo, provincia de Morropón, que visité el año pasado. Durante décadas, el centralismo había mantenido a este distrito con un camino que se interrumpía 3 a 4 meses al año durante la estación de lluvias, hasta que eso se logró resolver con la buena gestión del alcalde Carlos López. Este alcalde también ha promovido mejoras en la educación y la salud, hecho cantidad de obras locales y apoyado a los agricultores y ganaderos, que hoy pueden mejorar la calidad genética de su ganado con apoyo del municipio. No por gusto Carlos López ha sido reelecto ya dos veces.

¿Alguien cree que un programa de este gobierno dirigido por un funcionario desde Lima podría ser así de exitoso? En las provincias y distritos del Perú, nadie. De hecho, en décadas de centralismo nadie pudo hacer algo tan necesario y técnicamente simple como mantener ese camino abierto los doce meses al año. Ejemplos como éste pueden contarse por decenas, en Piura y en todo el Perú.

Pero para el gobierno alanista, lo más importante es tener recursos para su campaña electoral. La medida ha sido tan mal planificada, que se confía en Foncodes luego de que se le trató de eliminar el año pasado, con lo cual esta institución perdió la mayor parte de sus capacidades técnicas y de gestión, habiendo quedado reducido a la mínima expresión. Ahora, por la campaña se hacen las cosas a la apurada y mal hechas.

Mientras tanto, el ministro Carranza, insiste en que desde Lima él puede decidir que municipio es eficiente y cuál no, cuando sus funcionarios ni conocen los distritos rurales del país. Ha inventado en el presupuesto unos programas de “modernización municipal” que entregarían dinero solo a los municipios que cobran más impuestos, como si fuera posible mejorar la recaudación municipal en medio de la crisis o en zonas rurales extremadamente pobres. Por cierto, no existe ninguna ley aprobando semejante despropósito, pero el señor Carranza desde el MEF se siente el rey que puede decidir por encima de los distritos y regiones.

Lógica Centralista
La decisión política fundamental que evidencia el presupuesto 2010 es la recentralización del gasto social, quitándole fondos a las municipalidades.

Así, dinero para pequeñas obras que podría otorgarse a los municipios, donde hay alcaldes electos y regidores fiscalizando, se otorga a funcionarios apristas que carecen de capacidad técnica sin ningún control ni transparencia.

¿Cómo entender esto, si no es por razones económicas ni de eficiencia? La única explicación que queda es que el gobierno aprista ya está adecuando su política al inicio de su campaña con miras a las próximas elecciones. No es casualidad que la institución clave en esta política, Foncodes, esté dirigida por Carlos Arana, un amigo de Agustín Mantilla, experto en movilización aprista e inexperto en programas sociales.

El daño ya está hecho
El gobierno central ya les ha causado serios problemas presupuestales a los municipios este año. Durante el 2009, los municipios van a recibir por Foncomun 950 millones de soles menos que el año pasado. ¡! 950 millones de soles menos ¡!

Además, el presupuesto que anteriormente se les había transferido para obras de infraestructura social y productiva se les eliminó. Lo peor es que se quitó ese presupuesto a los municipios luego de que el propio Ministerio de Economía y Finanza había instruido que incluyeran esos fondos en los Presupuestos Participativos, de tal manera que ya la población había priorizado que obras hacer con ese dinero. Sin los fondos, los alcaldes quedan como unos engañadores. Ante los reclamos municipales, tardíamente, el gobierno ha repuesto parte de esos fondos, pero sólo parte.

Peor ha sido el trato del gobierno en relación a los comedores populares. Estos fueron transferidos a los municipios hace unos años, aunque muchos de estos no lo querían. Este año no se les otorgó el presupuesto de apertura, y recién meses después se les ha dado presupuesto para medio año, pero todavía no han entregado el dinero para los comedores populares correspondiente al segundo semestre. Es decir, les obligan a los municipios a administrar algo que no quiere, y luego les cortan el presupuesto para ese fin. Increíble.

¿Se deben estos recortes presupuestales a que el gobierno central carece de fondos? Claramente No. El presupuesto general del 2009 no se ha achicado sino que ha aumentado, con el Plan anti-crisis, en 13 mil millones de soles, mucho más que los fondos que le han quitado a los municipios.

De esta manera, el gobierno aprista les hace la vida dura a los alcaldes y municipalidades, que mayoritariamente no son apristas.

La campaña electoral ha empezado, y de mala manera. Como el Apra tiene poca presencia en los municipios, estos son tratados como enemigos, sin importar la democracia ni la descentralización. Con esos fondos arrebatados a los municipios, quiere armar su clientela vía Foncodes. Usar dineros públicos con fines electorales es antidemocrático, pero al gobierno actual eso parece importar poco al momento de tratar de asegurarse el poder por unos años más.
Publicado en el Suplemento Semana del Diario El Tiempo:

1 comentarios:

CADILLO YUNCA WILDER E. dijo...

tiene razon la centralizacion mala