Empiezan a presentarse y discutirse los planes de gobierno de los distintos partidos en salud. Las principales propuestas tienen que ver, hasta el momento, con establecer un seguro universal que cubra a toda la población. A nuestro entender, hay al menos tres temas que requieren mayor atención en los planes de gobierno de los partidos.
El primero y más notorio es el referido al financiamiento del aseguramiento universal propuesto. Establecer que un conjunto de atenciones de salud deben estar disponibles con calidad y en forma gratuita para toda la población es fundamental para hacer realidad el derecho a la salud. Pero la principal dificultad para hacer que ese aseguramiento sea efectivo es el presupuesto público destinado a salud, que asciende a un poco más de 1% del PBI, uno de los más bajos de Latinoamérica. Si no hay fondos, ¿de dónde saldrían los recursos para pagar personal, medicinas e insumos requeridos para las atenciones de salud? Los partidos deben comprometerse a aumentar el financiamiento público para salud a entre 2% y 3% del PBI y a usar estos fondos más eficientemente y con respeto a los derechos de los usuarios, para hacer realidad el aseguramiento universal.
Un segundo tema central es el referido a la promoción y prevención en salud; es decir, a las políticas orientadas a mantener la buena salud antes que a curar la enfermedad. La desnutrición infantil es producto de la mala alimentación y el uso de agua contaminada. La obesidad es ya un problema de salud pública en el Perú, causando diversas enfermedades en particular del corazón. El tabaco, las drogas y el consumo excesivo de alcohol son tres grandes causas de enfermedad y muerte. También lo son los accidentes de tránsito, la violencia en las calles y dentro de los hogares. Un caso de particular importancia es el de la contaminación ambiental, cuando vemos empresas como Doe Run que incumplen compromisos adoptados envenenando a los niños con plomo, lo que afectará irremediablemente su desarrollo mental. En todos esos casos, la política de salud debe poner énfasis en actuar sobre esas causas, mejorando los comportamientos individuales y las relaciones sociales que generan grandes daños a la salud. Necesitamos políticas económicas y sociales saludables. Sobre todos esos temas, esperamos de los partidos políticos propuestas al respecto.
El último tema que debe reforzarse en los planes de gobierno de salud es el referido a la participación ciudadana en salud. Si no hacemos una reforma del Estado que cambie la relación de éste con los ciudadanos, se mantendrá un estado ineficiente y atravesado por la corrupción. Hay experiencias importantes en salud, desde los CLAS participativos en el nivel local hasta otros mecanismos a nivel regional como referéndums y cónclaves. El próximo quinquenio debiera ver un avance importante al respecto, para lo cual es necesario también que los candidatos presenten propuestas y compromisos.
El debate sobre propuestas de política recién empieza. Esperemos que en los próximos meses podamos conocer con más detalle las alternativas que en salud propugnan los diversos candidatos y fuerzas políticas, para orientar adecuadamente nuestro voto y para poder posteriormente tomar cuentas a quienes salgan elegidos.
El primero y más notorio es el referido al financiamiento del aseguramiento universal propuesto. Establecer que un conjunto de atenciones de salud deben estar disponibles con calidad y en forma gratuita para toda la población es fundamental para hacer realidad el derecho a la salud. Pero la principal dificultad para hacer que ese aseguramiento sea efectivo es el presupuesto público destinado a salud, que asciende a un poco más de 1% del PBI, uno de los más bajos de Latinoamérica. Si no hay fondos, ¿de dónde saldrían los recursos para pagar personal, medicinas e insumos requeridos para las atenciones de salud? Los partidos deben comprometerse a aumentar el financiamiento público para salud a entre 2% y 3% del PBI y a usar estos fondos más eficientemente y con respeto a los derechos de los usuarios, para hacer realidad el aseguramiento universal.
Un segundo tema central es el referido a la promoción y prevención en salud; es decir, a las políticas orientadas a mantener la buena salud antes que a curar la enfermedad. La desnutrición infantil es producto de la mala alimentación y el uso de agua contaminada. La obesidad es ya un problema de salud pública en el Perú, causando diversas enfermedades en particular del corazón. El tabaco, las drogas y el consumo excesivo de alcohol son tres grandes causas de enfermedad y muerte. También lo son los accidentes de tránsito, la violencia en las calles y dentro de los hogares. Un caso de particular importancia es el de la contaminación ambiental, cuando vemos empresas como Doe Run que incumplen compromisos adoptados envenenando a los niños con plomo, lo que afectará irremediablemente su desarrollo mental. En todos esos casos, la política de salud debe poner énfasis en actuar sobre esas causas, mejorando los comportamientos individuales y las relaciones sociales que generan grandes daños a la salud. Necesitamos políticas económicas y sociales saludables. Sobre todos esos temas, esperamos de los partidos políticos propuestas al respecto.
El último tema que debe reforzarse en los planes de gobierno de salud es el referido a la participación ciudadana en salud. Si no hacemos una reforma del Estado que cambie la relación de éste con los ciudadanos, se mantendrá un estado ineficiente y atravesado por la corrupción. Hay experiencias importantes en salud, desde los CLAS participativos en el nivel local hasta otros mecanismos a nivel regional como referéndums y cónclaves. El próximo quinquenio debiera ver un avance importante al respecto, para lo cual es necesario también que los candidatos presenten propuestas y compromisos.
El debate sobre propuestas de política recién empieza. Esperemos que en los próximos meses podamos conocer con más detalle las alternativas que en salud propugnan los diversos candidatos y fuerzas políticas, para orientar adecuadamente nuestro voto y para poder posteriormente tomar cuentas a quienes salgan elegidos.
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