La crisis internacional y el Perú

sábado, 25 de octubre de 2008

Hay en estos momentos una crisis financiera internacional muy fuerte. La desconfianza en los bancos de inversión es total. No es para menos, ya que miles de millones de bonos hipotecarios triple A resultaron valer nada: una especie de CLAE multiplicado por un millón. La quiebra de instituciones financieras no ha terminado y el crédito está paralizado.

La alternativa que ha presentado Bush es el Socialismo de los ricos. Es decir, esa política por la cual cuando hay ganancias, se las quedan los grandes capitalistas, cuando hay pérdidas, las cubren los contribuyentes. La cantidad de dinero que está metiendo el gobierno EE.UU para rescatar a sus financieras es impresionante: con los 700 mil millones que propone adicionar ahora, superará los 1,5 millones de millones de dólares, o sea cómo cien veces toda la deuda pública externa peruana o doscientas veces todo el gasto social que hace el Estado anualmente.

Las economías gringa y europea ya están en recesión, la que se va agudizar y no será corta, debido a la paralización de crédito y la crisis inmobiliaria. Los impactos recesivos de la crisis financiera están en plena fase de expansión, y van a golpear también a las economías de China e India.

Un primer golpe sobre el Perú han sido los 1,500 millones de dólares que el BCR ha vendido en diez días para evitar un alza del tipo de cambio. Es muy probable que esto implique un corte del crédito debido a que en el último año éste se ha sustentado en préstamos del exterior.

Un segundo golpe en Perú se sentirá a través de los precios de los metales. Estos ya han caído fuertemente antes de esta última agudización de la crisis, y caerán más. El cobre que llegó a estar a 4 dólares la libra, ahora está cerca de 3. ¿Cuánto más caerán los precios de los metales? No se sabe con exactitud. Sólo el oro sube en vez de bajar, porque sirve como refugio de valor ante la desconfianza en los bancos.

La caída de precios internacionales de los metales se reflejará en menos impuesto a la renta (30%) y menos canon minero. Al mismo tiempo, el ministro Valdivieso recorta el gasto público, aunque igual se podría responder con más impuestos a los más ricos. Un consejo a los gobiernos regionales y locales con canon: mejor guarden pan para mayo y no se apuren en gastar.

Un tercer golpe para el Perú es que la demanda por exportaciones no tradicionales, como confecciones, espárragos o alcachofas, va a bajar. El TLC entrará en vigencia en el peor momento: cuando EEUU no quiere comprar sino vender.

Pero no todo es malo: los precios de los alimentos y del petróleo se vienen abajo, ayudando al gobierno en la lucha antiinflacionaria. También tenemos muchas Reservas Internacionales, lo que nos ayuda. Pero el gobierno ha tenido una política de hiper-acelerada económica, con mayor apertura a las importaciones, que ha llevado a un déficit externo creciendo muy rápidamente. Por su imprudencia podemos irnos de narices.

La política del gobierno ha sido como la de un chofer de ómnibus interprovincial que, justo cuando se acerca al Pasamayo, empieza a acelerar y a recalentar sus frenos. Ahora ya estamos en el Pasamayo. Ojalá no nos estrelle.

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