Neoliberales ciegos

domingo, 29 de marzo de 2009

Una fe ciega ha inspirado las políticas económicas en los últimos 20 años en muchas partes del mundo: el neoliberalismo. Los neoliberales sustentan la tesis de que el mercado lo resuelve todo, o casi todo, y que mientras más poder tengan las empresas y menos Estado haya, mejor. La crisis internacional ha traído por tierra esta ideología: han sido los mercados financieros, precisamente con muy poca supervisión del estado, los que han perdido 8 trillones de dólares, millones de millones de dólares, de dinero que la gente confió a esos bancos.

Sin embargo, el gobierno aprista no sólo continúa este modelo, sino que lo profundiza. Los TLCs con Estados Unidos, China y Chile nos amarran a darle total libertad a la inversión extranjera, impidiendo su regulación. Con el TLC recién firmado, el Perú no podrá impedir que empresas chilenas asuman el control de empresas privadas en puertos, aeropuertos u otros servicios estratégicos, lo que Chile sí puede hacer respecto de las empresas peruanas. Los TLCs dan derechos especiales a las empresas a reclamar ante tribunales internacionales y nos obligan a permitir la libre salida de capitales, precisamente cuando el mundo se da cuenta que esta libre movilidad de capitales ha sido uno de los factores de desregulación financiera que ha provocado y profundizado la crisis.

Concesiones antinacionales como Paita
El gobierno insiste también en concesiones antinacionales que solo favorecen a las empresas y no a los consumidores ni al desarrollo, como es el caso del puerto de Paita. Sigue así varios malos ejemplos que hemos tenido en el pasado. Uno fue la mal llamada “Vía Expresa” del Callao, donde sin que se hayan hecho mejoras nos cobraron peaje durante años a beneficio de la empresa favorita de Alex Kouri. Otro viene siendo la Interoceánica Sur, cuyo costo ya no será de 800 millones sino de 1,300 millones de dólares. Es también el caso del gas de Camisea, que al aprobarse la exportación para que haga negocio una gran empresa asesorada por PPK, ya no podrá abastecer el mercado interno provocando el alza de tarifas eléctricas.

Con la misma política neoliberal, ahora se quiere privatizar el puerto de Paita bajo condiciones que aseguran grandes ganancias a las empresas privadas pero donde todos los riesgos los corre el Estado. En efecto, si la empresa no logra que haya suficientes ingresos en Paita, el Estado les pagará. Además, por cierto, de que no se obliga a que hagan ninguna obra por los dos primeros años, en los cuales claro que se quedarán con las ganancias que hoy día genera el puerto.

Tampoco son estos los únicos problemas del “libre mercado” en el Perú. La resistencia de Alicorp, del Grupo Romero, que controla el 60% del mercado nacional de aceites, a rebajar los precios que había multiplicado en el 2008, a pesar de la caída internacional de precios, es también reveladora. En nuestro país, no son pocos los casos en lo que el “libre mercado” resulta ser un mercado controlado por unos cuantos oligopolios, con el Estado apoyando ese control o haciéndose de la vista gorda.

A pesar de los problemas nacionales e internacionales que ha traído el neoliberalismo, sus defensores nacionales siguen defendiéndolo. Algunos de ellos, por cierto, defendiendo el libre mercado siempre que no se trate de su propio pellejo. Veamos el ejemplo de Jaime Cáceres Sayán, hasta hace poco Presidente de la CONFIEP, abanderado la libre empresa y del estado mínimo. Pero sucede que ING, la financiera internacional dueña de la AFP Integra para la cual él trabaja, ha tenido que ser rescatada por el gobierno holandés con US$ 13,400 millones de dólares. Cáceres también defiende que a los afiliados a las AFPs se nos niegue la libertad básica de salir de ese sistema privado de pensiones (ahí si no vale el libre mercado), al mismo tiempo que el Fondo 3 de su AFP ha perdido el 43% del dinero de sus afiliados durante el 2008 y sigue cobrando las mismas elevadísimas comisiones.

Mercado dominado por monopolios
La crisis ha revelado con toda su crudeza los grandes problemas del neoliberalismo. El neoliberalismo ha generado mayor desigualdad en el mundo y un enorme problema ambiental. No cabe duda de que los bancos y aseguradoras, que hoy están siendo rescatados en muchos países, serán mucho más regulados en el futuro. Las recientes medidas de Barack Obama proponiendo impuestos a las sobreganancias petroleras, impulsando tecnología “verdes”, aumentando el gasto social y avanzando hacia un sistema de aseguramiento universal en salud, son prometedoras de cambios mayores.

En el Perú, el neoliberalismo logró crecimiento económico en los últimos años gracias a una enorme alza de precios de los minerales. Así, se acabó el alza de precios y se acabó el crecimiento. Pero lo más grave es que durante este crecimiento, la salud, la educación y la seguridad social no mejoraron, la exclusión y desigualdad se agravaron, la contaminación ambiental se disparó y nuestros recursos naturales se acercan a su agotamiento.

En el Perú, el neoliberalismo trae consigo el “capitalismo de amigotes”: un mercado dominado por oligopolios y donde se entregan concesiones monopólicas con grandes ventajas a las trasnacionales a costa de los peruanos, como en el puerto de Paita. Sólo una ciudadanía activa defendiendo sus derechos y un gobierno comprometido con los peruanos podrán cambiar eso.

TLC con la Union Europea: Otra vez las trasnacionales farmacéuticas al ataque

sábado, 28 de marzo de 2009

El TLC con los Estados Unidos que negociaron Alejandro Toledo y Alfredo Ferrero, y que aceptó Alan García, incluía grandes ventajas para las trasnacionales farmacéuticas. El Ministerio de Salud calculó que los precios de las medicinas se duplicarían en 12 años, a un costo de 300 millones de dólares adicionales que tendríamos que pagar todos los peruanos por medicinas...a favor de estas trasnacionales.

Felizmente, hubo elecciones al congreso en los Estados Unidos, los demócratas ganaron mayoría y exigieron cambios al TLC. El gobierno peruano aceptó sumiso esa renegociación sin pedir nada a cambio, pero en el tema de medicinas los demócratas gringos también se preocuparon por lo que podía pasar a sus ciudadanos y eliminaron los párrafos más negativos del TLC. Quienes negociaron por el Perú quedaron muy mal, ya que quedó demostrado que podían obtenerse mejores condiciones.

Ahora, peligros incluso mayores a los que del TLC con los Estados Unidos, se repiten con el TLC que está negociando el gobierno peruano con la Unión Europea. La delegación europea ha planteado aumentar la protección a la propiedad intelectual para los medicamentos, lo que quiere decir que el monopolio de las trasnacionales sobre nuevos remedios se alarga y las medicinas se encarecen. Con las patentes aumentando de 20 a 25 años y la protección de datos de prueba de 5 años a 11 años, los precios de las medicinas pueden subir fuertemente.

Así, nuevamente está en la mesa de negociaciones los precios de los medicamentos y la salud de los peruanos. Este gobierno ya dejó de lado estas preocupaciones una vez, prefiriendo los intereses de las grandes empresas exportadoras e importadoras, que la salud pública. Bolivia se ha resistido a estas pretensiones de la UE y ha salido de las negociaciones. Tampoco Brasil o Argentina, por mencionar un par de países vecinos, aceptan estas pretensiones de Estados Unidos y Europa, gobiernos que defienden los intereses de sus trasnacionales que dominan la economía mundial y quieren aumentar aún más sus ganancias en medio de la crisis.

Una posición común de la Comunidad Andina debería definirse en torno a lo que es mejor para sus ciudadanos, que es precisamente no aceptar negociaciones en temas de propiedad intelectual y medicamentos. No debemos repetir el “sí o sí” que siguieron Toledo y García en el TLC con los Estados Unidos.

http://www.cnr.org.pe/aa/img_upload/45017bd883f09a7f95f245097e0fe808/290309franke_1.mp3

Del optimismo a la mentira

“Dios me ha dado la capacidad de convencer a las personas, incluso a los que dudan, porque este año va a ser grande y sólido”, dijo el Presidente García la semana pasada.

Un rol importante en este convencimiento lo cumplen las cifras oficiales. Por eso la proyección oficial del BCR y del MEF es que la economía crecerá 5% este año, aunque los cálculos parciales de ambas instituciones no coinciden, milagro que sólo puede explicarse porque están hechas a la medida.

Pero la semana pasada, ya el Banco Mundial reconoció que la economía peruana podría crecer solamente 1,8% y un banco internacional ya proyecta un crecimiento de sólo 0,9%. Las proyecciones oficiales empezaban a hacer agua.

Tal vez por eso, esta semana el INEI anunció que el PBI en enero creció 3,1%. Bastante menos que el 5% anual ofrecido, pero aún claramente positivo.

La cuestión es que, sometida a escrutinio, la cifra del INEI no se sostiene. El debate empezó al observarse que el rubro de “Otros servicios” según el INEI creció casi al 6%, y la suma de todo el resto, apenas 1,5%. Pero el PBI de “otros servicios” tiene muy poca información real: se calcula básicamente con fórmulas a partir del resto. ¿Cómo entonces resulta tan diferente?

Luego, Farid Matuk encontró que para el INEI el rubro “alquiler de viviendas” crece todos los meses, con o sin crisis, a la misma tasa. Y mostró como los datos del PBI del sector transportes en la hoja de cálculo del INEI, claramente han sido manipulados para hacerlos crecer artificialmente.

Muchos misterios quedan, porque el INEI ha ocultado la forma como calculaba antes el PBI, para impedir las comparaciones que son indispensables. Parece que el actual Jefe del INEI, que fue sub-jefe en la época de Fujimori, cuando el ocultamiento y la mentira era práctica corriente en el Estado, parece haber entrado al túnel del tiempo y regresado a los 90s.

Pero ya está claro que la cifra del 3,14% no es verdad. Algo parecido a los 3 trillones de dólares en préstamos que los bancos norteamericanos decían que eran muy seguros, triple A, y que hoy no valen casi nada. En realidad, ni siquiera se sabe realmente cuánto valen: igual que las cifras del INEI.

Pero sería demasiado ingenuo pensar que esto es asunto del INEI. Más lógico sería pensar que las órdenes sobre los datos estadísticos vienen de arriba, de quien cree que la clave para superar la crisis económica es convencernos de que todo va bien usando un don especial que Dios le dio. La manipulación de las proyecciones de crecimiento y de las cifras estadísticas es parte de la estrategia de convencimiento de Alan García, quien parece no haber entendido que la mentira, tiene patas cortas.

http://www.cnr.org.pe/aa/img_upload/45017bd883f09a7f95f245097e0fe808/210309franke_1.mp3

Del optimismo a la mentira

sábado, 21 de marzo de 2009

“Dios me ha dado la capacidad de convencer a las personas, incluso a los que dudan, porque este año va a ser grande y sólido”, dijo el Presidente García la semana pasada.

Un rol importante en este convencimiento lo cumplen las cifras oficiales. Por eso la proyección oficial del BCR y del MEF es que la economía crecerá 5% este año, aunque los cálculos parciales de ambas instituciones no coinciden, milagro que sólo puede explicarse porque están hechas a la medida.

Pero la semana pasada, ya el Banco Mundial reconoció que la economía peruana podría crecer solamente 1,8% y un banco internacional ya proyecta un crecimiento de sólo 0,9%. Las proyecciones oficiales empezaban a hacer agua.

Tal vez por eso, esta semana el INEI anunció que el PBI en enero creció 3,1%. Bastante menos que el 5% anual ofrecido, pero aún claramente positivo.

La cuestión es que, sometida a escrutinio, la cifra del INEI no se sostiene. El debate empezó al observarse que el rubro de “Otros servicios” según el INEI creció casi al 6%, y la suma de todo el resto, apenas 1,5%. Pero el PBI de “otros servicios” tiene muy poca información real: se calcula básicamente con fórmulas a partir del resto. ¿Cómo entonces resulta tan diferente?

Luego, Farid Matuk encontró que para el INEI el rubro “alquiler de viviendas” crece todos los meses, con o sin crisis, a la misma tasa. Y mostró como los datos del PBI del sector transportes en la hoja de cálculo del INEI, claramente han sido manipulados para hacerlos crecer artificialmente.

Muchos misterios quedan, porque el INEI ha ocultado la forma como calculaba antes el PBI, para impedir las comparaciones que son indispensables. Parece que el actual Jefe del INEI, que fue sub-jefe en la época de Fujimori, cuando el ocultamiento y la mentira era práctica corriente en el Estado, parece haber entrado al túnel del tiempo y regresado a los 90s.

Pero ya está claro que la cifra del 3,14% no es verdad. Algo parecido a los 3 trillones de dólares en préstamos que los bancos norteamericanos decían que eran muy seguros, triple A, y que hoy no valen casi nada. En realidad, ni siquiera se sabe realmente cuánto valen: igual que las cifras del INEI.

Pero sería demasiado ingenuo pensar que esto es asunto del INEI. Más lógico sería pensar que las órdenes sobre los datos estadísticos vienen de arriba, de quien cree que la clave para superar la crisis económica es convencernos de que todo va bien usando un don especial que Dios le dio. La manipulación de las proyecciones de crecimiento y de las cifras estadísticas es parte de la estrategia de convencimiento de Alan García, quien parece no haber entendido que la mentira, tiene patas cortas.

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“Mientras más libre mercado, mejor”

domingo, 15 de marzo de 2009

"Mientras más mercado libre y menos Estado, mejor”, es la fe ciega que ha inspirado las políticas económicas durante 20 años en Estados Unidos y muchos otros países, incluido el Perú. Esta visión neoliberal ha generado mayor desigualdad en el mundo, ha creado un enorme problema ambiental y ha dejado más vulnerables a los trabajadores y a los pobres. En el Perú, el neoliberalismo logró cierto crecimiento económico, pichicateado en los últimos años por la mayor burbuja internacional de precios de los minerales que se haya visto en la historia. Pero la salud, la educación y la seguridad social no mejoraron, la exclusión y desigualdad se agravaron, y los problemas de contaminación ambiental se multiplicaron.

La crisis cuestiona frontalmente la ideología neoliberal
La crisis internacional ha echado por tierra esta idea de que mientras menos regulado esté el mercado y más chico sea el Estado, mejor. ¿Cómo puede hoy decirse que las empresas privadas operando en el “libre mercado” son muy eficientes, cuando los bancos y aseguradoras han perdido solo en Estados Unidos unos 3,6 trillones de dólares, 3,6 millones de millones de dólares, de dinero que el público les confió? ¿Cómo puede pensarse que el sistema de la propiedad privada desregulada es el mejor, cuando los accionistas dueños de Citigroup han perdido el 95% del valor de sus acciones – y hubieran quebrado si no fuera por el rescate gubernamental – mientras su gerentes se han pagado sueldos y bonificaciones de millones de dólares?

¿Cómo puede Jaime Cáceres Sayán, hasta hace poco presidente de la Confiep, seguir diciendo que la empresa privada libre es muy eficiente, cuando ING, dueña de la AFP Integra para la cual él trabaja, ha tenido que ser rescatada por el gobierno holandés con US$ 13,400 millones de dólares? ¿Y cuando los afiliados al Fondo 3 de las AFPs hemos perdido el 42% del valor de nuestro fondo durante el 2008, pero nos siguen cobrando las mismas elevadísimas comisiones? Cáceres Sayán defiende el libre mercado...a excepción de dejar en libertad a los que estamos en AFPs de salirnos de ese oligopolio.

Aunque la crisis internacional ha echado por tierra el neoliberalismo, eso no ha arredrado a algunos periodistas ideologizados como Juan Carlos Tafur. Ha argumentado que “la causa central de esta crisis es el monumental fracaso regulatorio antes que (…) atribuírselo al mercado”. Es justamente al revés: la crisis no se produjo porque hubiera demasiada regulación, sino porque esta fue muy poca, ¿o acaso los bancos norteamericanos daban préstamos hipotecarios subprime porque los obligaban? Pero Alan García sigue en la extrema derecha neoliberal

El modelo neoliberal sigue aplicándose en el Perú. Los TLCs con Estados Unidos, China y Chile nos amarran a este modelo dando total libertad a la inversión extranjera. El Perú no podrá impedir que empresas chilenas asuman el control de empresas privadas en puertos, aeropuertos u otros servicios estratégicos (lo que Chile sí puede hacer) y les da derechos especiales a sus empresas a reclamar ante tribunales internacionales. Con estos TLCs, estaremos obligados a permitir la libre salida de capitales, precisamente cuando se hace evidente que esta movilidad de capitales ha sido uno de los factores de desregulación financiera que ha provocado y profundizado la crisis internacional.

Pero el gobierno de García no solo nos amarra en la propuesta neoliberal con los TLCs.
También entrega servicios públicos críticos a empresas privadas en condiciones inadecuadas. El caso del proyecto Taboada es aleccionador. Según Brack Egg, esta obra nos costará US$ 150 millones de dólares al Estado, más otros 100 millones anuales a los usuarios. Se suponía que era para que no se siga contaminando el mar de Lima con los desagües, pero ni la Dirección General de Salud Ambiental ni el ministro del Medio Ambiente saben nada del tema. ¡Al ministro Brack ni siquiera le han querido dar el contrato por “razones de confidencialidad”! La forma de licitación escogida no establece las mejores condiciones para la segunda etapa que serviría para reutilizar las aguas tratadas. Ahora viene la privatización del puerto de Paita, donde nuevamente se entrega un monopolio bajo condiciones de altas tarifas, asegurando las ganancias a las empresas privadas y cargando todos los riesgos al Estado.

El fondo del asunto es que este gobierno sigue creyendo que mientras menos regulación y más ventajas a las grandes empresas, mejor, aunque se trate de un servicio público. No son los primeros casos de concesiones mal hechas en el Perú. Así sucedió con la mal llamada “Vía Expresa” del Callao, donde sin que se hayan hecho mejoras nos cobraron peaje durante años a beneficio de la empresa favorita de Alex Kouri. Así sucede con el gas, que al aprobarse la exportación para que haga negocio una gran empresa asesorada por PPK, ya no podrá abastecer el mercado interno provocando el alza de tarifas eléctricas.

Tampoco son estos los únicos problemas del “libre mercado” en el Perú. La resistencia de Alicorp, del Grupo Romero, que controla el 60% del mercado nacional de aceites, a rebajar sus precios a pesar de la caída de los precios internacionales, es también reveladora. En nuestro país, no son pocos los casos en los que el “libre mercado” resulta ser un mercado controlado por unos cuantos oligopolios, con el Estado apoyando ese control o haciéndose la vista gorda.

Un nuevo equilibrio
La realidad mundial ha demostrado que el neoliberalismo es una mala política para el desarrollo de las naciones y el bienestar de sus habitantes. La crisis ha revelado con toda su crudeza los grandes problemas del neoliberalismo. Un mayor equilibrio entre mercado y estado, entre ganancias privadas e interés público, entre lo económico y lo socioambiental, es necesario.Las recientes medidas de Barack Obama estableciendo impuestos a las sobreganancias petroleras, impulsando tecnología “verdes”, aumentando el gasto social y avanzando hacia un sistema de aseguramiento universal en salud, son un cambio – aún insuficiente– en este sentido.

En el Perú, sin embargo, todavía reina el neoliberalismo que ha llevado a este “capitalismo de amigotes”. En el que el “libre mercado” es en realidad un mercado dominado por oligopolios y se entregan concesiones monopólicas con grandes ventajas a las transnacionales a costa de los peruanos. Solo un gobierno comprometido con los peruanos y una ciudadanía activa podrán cambiar eso.

Neoliberalismo en crisis

sábado, 14 de marzo de 2009

Durante casi 20 años, la política económica en el Perú ha sido dominada por el neoliberalismo. Esa fe ciega en que los mercados libres siempre funcionan bien, que lo mejor es tener un Estado mínimo, que las regulaciones estatales deben reducirse lo más posible, que las empresas estatales son siempre ineficientes y las empresas privadas son siempre buenísimas.

La crisis internacional ha echado por tierra buena parte de estas premisas. ¿Cómo puede hoy decirse que las empresas privadas operando en el “libre mercado” son muy eficientes, cuando en el mundo las empresas privadas de banca y seguros han perdido unos 8 trillones de dólares, 8 millones de millones de dólares, y se sostienen hoy solamente gracias a la ayuda de los gobiernos?

¿Cómo podemos pensar que la empresa privada peruana es muy eficiente, cuando al banco peruano más grande, cabeza del primer grupo económico nacional, Madoff la estafó con un par de millones de dólares, más otros 60 a 70 millones a los inversionistas que el Banco de Crédito asesoró? ¿Qué tipo de análisis hacen de sus inversiones, cuando caen en algo que no era sino un CLAE gringo?

¿Cómo puede Jaime Cáceres Sayán, hasta hace poco Presidente de la CONFIEP, seguir diciendo que la empresa privada es muy eficiente, cuando la empresa financiera ING, dueña de la AFP Integra para la cual él trabaja, ha tenido que ser rescatada por el gobierno holandés con US$ 13,400 millones de dólares? ¿Y cuando los afiliados al Fondo 3 de la AFP Integra perdieron el 43% real del valor de su fondo?

Seguir sosteniendo, en medio de esta crisis, que las empresas privadas en el ”libre mercado” son modelo de eficiencia, como afirma el neoliberalismo, es simplemente cerrar los ojos a una verdad del tamaño del monte Everest. Pero el modelo neoliberal sigue siendo el que se aplica en el Perú. El Plan Anti-Crisis de García sigue promoviendo entregar obras públicas a empresas privadas mediante concesiones y contratos mal regulados, con privilegios que terminarán costándonos a todos los peruanos. Así sucedió con el caso de la mal llamada “Vía Expresa” del Callao, donde nos cobraron peaje durante años sin que hayan obras importantes, yendo todo al bolsillo de la empresa favorita de Alex Kouri. Así viene sucediendo con la Interoceánica Sur, cuyo costo ya no será de 800 millones sino de 1,300 millones de dólares. Así sucede con el gas, que al aprobarse la exportación para que haga negocio una gran empresa asesorada por PPK, ya no podrá abastecer el mercado interno, con lo que las tarifas eléctricas deberán subir. Así sucede con la gasolina, con precios fijados a beneficio de Repsol que maneja la refinería de La Pampilla. Así parece sucederá con el proyecto Taboada para descontaminar el mar de Lima, habiéndose impugnado la licitación porque la empresa ganadora no asegura una verdadera limpieza de las aguas servidas, pero igual nos cobraría en nuestros recibos de agua.

La realidad mundial ha demostrado que el neoliberalismo es una mala política para el desarrollo de las naciones y el bienestar de sus habitantes. En el Perú, sin embargo, todavía reina, porque, como dicen “poderoso caballero es don dinero”. Sólo un gobierno comprometido con su gente podrá cambiarlo.

Neoliberalismo en crisis

sábado, 7 de marzo de 2009

Durante casi 20 años, la política económica en el Perú ha sido dominada por el neoliberalismo. Esa fe ciega en que los mercados libres siempre funcionan bien, que lo mejor es tener un Estado mínimo, que las regulaciones estatales deben reducirse lo más posible, que las empresas estatales son siempre ineficientes y las empresas privadas son siempre buenísimas.
La crisis internacional ha echado por tierra buena parte de estas premisas. ¿Cómo puede hoy decirse que las empresas privadas operando en el “libre mercado” son muy eficientes, cuando en el mundo las empresas privadas de banca y seguros han perdido unos 8 trillones de dólares, 8 millones de millones de dólares, y se sostienen hoy solamente gracias a la ayuda de los gobiernos?
¿Cómo podemos pensar que la empresa privada peruana es muy eficiente, cuando al banco peruano más grande, cabeza del primer grupo económico nacional, Madoff la estafó con un par de millones de dólares, más otros 60 a 70 millones a los inversionistas que el Banco de Crédito asesoró? ¿Qué tipo de análisis hacen de sus inversiones, cuando caen en algo que no era sino un CLAE gringo?
¿Cómo puede Jaime Cáceres Sayán, hasta hace poco Presidente de la CONFIEP, seguir diciendo que la empresa privada es muy eficiente, cuando la empresa financiera ING, dueña de la AFP Integra para la cual él trabaja, ha tenido que ser rescatada por el gobierno holandés con US$ 13,400 millones de dólares? ¿Y cuando los afiliados al Fondo 3 de la AFP Integra perdieron el 43% real del valor de su fondo?
Seguir sosteniendo, en medio de esta crisis, que las empresas privadas en el ”libre mercado” son modelo de eficiencia, como afirma el neoliberalismo, es simplemente cerrar los ojos a una verdad del tamaño del monte Everest.
Pero el modelo neoliberal sigue siendo el que se aplica en el Perú. El Plan Anti-Crisis de García sigue promoviendo entregar obras públicas a empresas privadas mediante concesiones y contratos mal regulados, con privilegios que terminarán costándonos a todos los peruanos. Así sucedió con el caso de la mal llamada “Vía Expresa” del Callao, donde nos cobraron peaje durante años sin que hayan obras importantes, yendo todo al bolsillo de la empresa favorita de Alex Kouri. Así viene sucediendo con la Interoceánica Sur, cuyo costo ya no será de 800 millones sino de 1,300 millones de dólares. Así sucede con el gas, que al aprobarse la exportación para que haga negocio una gran empresa asesorada por PPK, ya no podrá abastecer el mercado interno, con lo que las tarifas eléctricas deberán subir. Así sucede con la gasolina, con precios fijados a beneficio de Repsol que maneja la refinería de La Pampilla. Así parece sucederá con el proyecto Taboada para descontaminar el mar de Lima, habiéndose impugnado la licitación porque la empresa ganadora no asegura una verdadera limpieza de las aguas servidas, pero igual nos cobraría en nuestros recibos de agua.
La realidad mundial ha demostrado que el neoliberalismo es una mala política para el desarrollo de las naciones y el bienestar de sus habitantes. En el Perú, sin embargo, todavía reina, porque, como dicen “poderoso caballero es don dinero”. Sólo un gobierno comprometido con su gente podrá cambiarlo.
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Carlos Arana: Totalmente ineficiente dirigiendo Foncodes

miércoles, 4 de marzo de 2009

El presupuesto que destina el gobierno a la lucha contra la pobreza es muy bajo. Pero cuando además uno descubre lo que realmente se hace con ese dinero, resulta indignante.

Veamos el caso de Foncodes bajo la dirección de Carlos Arana. En el 2008, aunque solo tuvo un presupuesto de 120 millones de soles (Foncodes ha llegado a gastar más de 500 millones de soles en un año), dejó de gastar 32 millones de soles que le fueron asignados. Es decir, unas 300 a 400 obras de agua potable, colegios, caminos rurales, pequeñas irrigaciones en la sierra, que no se hicieron, perpetuando así la pobreza.

Pero bueno, dirán, algunos no está tan mal, si al final de cuentas lograron gastar 88 millones de soles. Ojo: de los 88 millones de soles gastados, ¡32 millones fueron gastados en burocracia! Eso es el 36%, cuando Foncodes durante mucho tiempo tuvo por norma no gastar más del 8% en gastos administrativos ¡! A modo de comparación, entre setiembre 2001 y abril 2002 cuando fui Director de Foncodes, ejecutamos 368 millones de soles de presupuesto con solo 10 millones de gasto administrativo. 4 veces más de obras con la tercera parte de burocracia.

Es decir, antes, mil soles de gasto administrativo lograban 36 mil en obras. Hoy, mil soles en gasto administrativo sirven para hacer solamente mil setecientos en obras. ¿Se imagina Usted, amigo, si cuando hace una mejora en su casa, el arquitecto o ingeniero que le dirige una obra de mil setecientos soles, le cobrara mil soles por su trabajo? Nadie pagaría esa suma. El gobierno de Alan García lo hace: con nuestra plata.

¿Gana poco don Carlos Arana, para justificar su ineficiencia? Gana 14 mil soles mensuales, no es poco, y es mucho más de lo que yo cobré cuando ejercí el mismo cargo.

Cuando se nombró Carlos Arana como jefe de Foncodes, ante las críticas los dirigentes apristas respondieron que era un profesional, que había hecho obras de agua potable, que no debía negársele a nadie la oportunidad por ser aprista, etc. Ahora, está claro que para dirigir Foncodes es un inútil. Si se quiere realmente luchar contra la pobreza, debe ser removido de inmediato del cargo.

Por cierto, también en el programa Juntos, el gasto administrativo ha aumentado entre 2006 y 2008 de 4 a 40 millones de soles al año. ¡Ya pues: dejen de tomar la lucha contra la pobreza como un pretexto para dar empleo a su gente y hacer campañas partidarias ¡

Alternativas frente a los despidos y la crisis social

domingo, 1 de marzo de 2009

El Plan Anti-crisis del gobierno ha sido tardío, y aún está por verse si tendrá efecto hacia fines de este año. Mientras tanto, han sido despedidos 6 mil trabajadores mineros, 30 mil textiles y otros miles en la agroindustria (al menos mil sólo en Ica). En la mayor parte de los casos, se trata de trabajadores que carecen de cualquier derecho a la sindicalización y que pierden el empleo sin indemnización alguna. Así opera el casi ilimitado poder que otorga a los empresarios la ley peruana. Nada importa que muchas de esas empresas hayan hecho ganancias extraordinarias los años anteriores. Mientras tanto, el Ministerio de Trabajo mira hacia otro lado

Por otro lado, a las alzas de precios de los alimentos del año pasado, han seguido otros golpes a las familias más pobres. Los cafetaleros, bananeros y mangueros reciben menores precios por sus productos.

¿Qué se puede hacer ante esta dura situación social, como parte de un programa que efectivamente mantenga el crecimiento económico y la creación de empleos, pero que atiende a los más golpeados por la crisis?

Programas de promoción del empleo y salarios

Diversos países de América Latina están tomando medidas al respecto. En Argentina, para limitar los despidos el gobierno va a subsidiar el empleo cubriendo las contribuciones a la seguridad social (10% del salario). En Chile se ha establecido un subsidio a trabajadores jóvenes con ingresos bajos y se otorga 60 dólares por carga familiar a las familias más vulnerables. En el Perú, el gobierno podría pagar con fondos del Tesoro Público las contribuciones para pensiones y aumentar así los salarios efectivos que reciben los trabajadores.

El incremento del salario mínimo, como están haciendo Colombia, Brasil y Bolivia, es otra medida importante. En Bolivia y Brasil se aumenta el salario mínimo en 12%; en Colombia el aumento es de 8% más 26 dólares de subsidio de transporte. La disminución de la producción y los despidos se produce fundamentalmente por falta de demanda, y aumentar el salario mínimo puede ayudar a recuperar la demanda. Tal alza de salarios no tiene porque representar una pérdida de competitividad de la industria nacional, si va acompañada de un aumento en el tipo de cambio, el drawback y los aranceles (los dos primeros ya se vienen produciendo).

El apoyo a pequeñas empresas y a sectores en crisis también es una medida conveniente. El sector textil por ejemplo, ha perdido decenas de miles de empleos, y eso va a seguir. Un respaldo a empresas en crisis a condición de que mantengan el empleo, como en México, puede servir de complemento a programas de protección del mercado interno frente al dumping chino, de compras estatales de buzos, uniformes y calzado escolar, y de facilitación del crédito. Cubrirles la mayor parte de sus contribuciones a la seguridad social con fondos del estado, como hace Argentina, o subsidiar los salarios bajos como en Chile, podría servir para mantener y ampliar el empleo formal, y aumentar la competitividad empresarial.

Programas sociales

Dos tipos de programas sociales parecen particularmente adecuados a esta situación de crisis. En aquellas zonas donde se están perdiendo empleos masivamente, programas orientados a construir y mejorar caminos rurales, infraestructura de riego, colegios y centros de salud pueden generar cientos o miles de empleos temporales. De esta manera, se combina la necesidad de las familias de tener un sostén económico con la mejora de la infraestructura pública.

Por otro lado, para pequeños productores, campesinos y ganaderos, un empleo temporal no es la mejor solución: ellos tienen que seguir cuidando su negocio, sus cultivos y sus animales. En estos casos, programas de transferencias en dinero, como Juntos, pueden ser más efectivos. En los distritos golpeados por la crisis donde no hay Juntos, debería establecerse con prontitud, pero incluyendo (temporalmente) a las familias sin hijos. De esta manera, se evita que estas familias pobres se vean obligadas a vender a precio de remate los animales que con tanto esfuerzo han juntado, o que los niños sean sacados del colegio para trabajar.

Además, la salud y la seguridad social para los ancianos, que son políticas sociales que debieran estar siempre funcionando, ahora se vuelven más necesarias. Las familias que ya en tiempos normales requieren hacer un gran esfuerzo para comprar sus medicinas, están mucho más en riesgo cuando hay desempleo. Si hay un año en el cual la seguridad social, en salud y pensiones, debería reforzarse, es precisamente éste, el 2009. Hacer realidad un aseguramiento universal en salud que brinde buena atención de manera gratuita y dar pensiones a los ancianos pobres con dinero del estado, son dos buenas alternativas.

Hay que recordar, por cierto, que más gasto social es una medida reactivadora: aumenta el consumo de las familias pobres, que se gastará en bienes nacionales, compensando así los efectos de la crisis sobre la demanda.

Defender el bienestar de las familias trabajadoras debe ser una prioridad ante la crisis. El paquete anti-crisis de Carranza se centra en la reducción de controles en proyectos millonarios que se encargan a las grandes empresas constructoras, con lo que la corrupción irá de la mano con el aumento de la pobreza. Hay otras formas de hacerle frente a la crisis defendiendo el trabajo digno y los programas sociales, y casi todos los países vecinos las aplican, ¿por qué el Perú es la excepción?