Casi Ciegos

viernes, 27 de mayo de 2005

Los seres humanos tienen cerca de 2 millones de años de existencia, y la civilización, unos 10 mil años de antigüedad. Eso ya es, por cierto, una ínfima parte del tiempo que ha transcurrido desde que existe lo que podemos llamar la vida en la tierra, que tiene más de 2 mil millones de años.

Mientras tanto, nuestra capacidad de prever con alguna aproximación los eventos futuros para la humanidad es de menos de 20 años. Incluso proyecciones económicas, políticas y sociales de mucho menor plazo suelen apartarse sustantivamente de lo que termina sucediendo. Meses antes de la caída de la Unión Soviética, la CIA pensaba que estaba muy sólida; y el actual alza del precio del petróleo no fue prevista por la mayoría de analistas ni por los mercados. Pero veinte años son apenas la quinta parte del uno por ciento del tiempo durante el que ha existido civilización humana y un cienmilésimo del tiempo que los seres humanos habitan el planeta. Así, veinte años, que para cualquiera de nosotros es, vaya, casi toda una vida, en tiempos históricos es una nimiedad.

Consideremos, además, que muchos de los procesos que afectan tremendamente nuestras vidas tienen largos periodos de incubación. El primer caso de VIH / SIDA parece haberse registrado en 1959, mientras que nos percatamos de la enfermedad 20 años después. La temperatura del planeta parece estarse calentando desde alrededor de un siglo, pero todavía hace una década el fenómeno no tenía el amplio consenso científico que tiene hoy. La obesidad es hoy ya claramente una epidemia, sobretodo en los Estados Unidos pero también en el Perú, y es probable que los hábitos de comida y vida promovidos en los últimos 40 años han jugado un rol destacado en desatarla.

Como humanidad estamos, pues, casi ciegos. Nuestra capacidad de mirar hacia delante es absolutamente limitada, incluso en relación a procesos que se están desarrollando ahora mismo, bajo nuestras narices, sin que nadie o casi nadie se haya percatado de su existencia e importancia.

A pesar de nuestra extrema miopía, la humanidad en los últimos cien años se ha puesto a correr. Multiplicamos ciudades, edificios y automóviles. La producción crece aceleradamente utilizando recursos y descargando tóxicos. Inventamos nuevos productos y transformaciones sin cesar, muchos de los cuales no tenemos idea del efecto futuro que puedan tener, como la clonación o los alimentos genéticamente modificados. Descargamos al medio ambiente cantidades de gases que producen el calentamiento global; y esa emisión a nivel mundial no está disminuyendo. Somos 7 mil millones, pero dentro de 40 años seremos tal vez el doble, tal vez más.

¿Quién ha visto a una persona casi ciega correr? ¿No es razonable que quien puede mirar muy poco hacia delante, vaya con mucho cuidado y avanzando despacio? A pesar de ello, para muchos analistas y medios lo mejor para la economía mundial es crecer más rápido. Vamos rápidos y furiosos, más rápidos y más furiosos, sin ver que podemos estrellarnos con algún insospechado obstáculo que no podemos ver.

Tal vez sea tiempo de poner más énfasis en calidad que en cantidad. Escoger mejor el mundo en el que queremos vivir. Pensar bien si esta carrera de locos por ser más, tener más y manipular la vida sin límites es realmente el camino a la felicidad.

El robo de Kouri

domingo, 22 de mayo de 2005

Gracias a un cuestionable arreglo suscrito por Alex Kouri, se acerca el cobro por peaje en la avenida Faucett tras haberle dado apenas una repasada de asfalto. Para el acalde del Callao, esto basta para cobrar peaje a varios miles de vehículos que utilizan esta pista. ¿Qué viene después? ¿Pensará Alex Kouri hacer lo mismo en La Marina, la Argentina y la Colonial?

Cuando funcione el peaje Alex Kouri no habrá logrado una solución, sino creado un problema. Largas colas se formarán, sobretodo en las horas pico, cuando todos estamos apurados para llegar a nuestro trabajo o nuestros estudios. Nuestro viaje será aún más demorado, porque hasta la fecha la pomposamente llamada “vía expresa del Callao” no es nada por el estilo: solamente están construyendo un by-pass. A miles de peruanos nos van a cobrar por hacernos la vida más difícil.

La avenida Faucett es una vía fundamental del tránsito urbano y nacional: es el camino al aeropuerto y para muchos distritos es la conexión hacia la Panamericana norte y Los Olivos. Una avenida que en realidad sirve a toda la ciudad de Lima metropolitana, porque ya desde hace varios años Lima y Callao son una sola ciudad. Un avenida que sirve incluso a muchos más peruanos por la conexión vial con el norte, pero de la cual se quiere aprovechar el alcalde chalaco.

¿Porqué cobrar peaje por un by-pass, cuando en Lima-Callao hay tantos? Incluso tenemos dos vías expresas en Lima que no cobran nada. El cobro no es por falta de recursos, ya que el Callao es un municipio provincial con muchas rentas gracias al llamado “canon aduanero”. Hace pocos años se hizo un formidable pase vial en el óvalo del Callao. Hacer esta misma obra con recursos públicos es perfectamente factible y lógico.

Tal vez el cobro se deba a que este es un gran negocio para la empresa concesionaria, que se va a embolsicar ese peaje que pagaremos miles todos los días. ¿Cuánto serán sus ingresos anuales? Sin duda, varias decenas de millones de soles. No hay que ser ningún genio para darse cuenta de eso, como sin duda lo supo y calculó Alex Kouri cuando aprobó esa concesión y negoció con la empresa el contrato respectivo. La duda es si ese conocimiento se está usando a favor del bien público o de algunos bolsillos.

Pero por favor, no sean mal pensados. El título del artículo se refiere a Alberto Kouri, el hermano del alcalde del Callao a quien todos vimos recibiendo quince mil dólares del erario público, billete tras billete, de manos de Vladimiro Montesinos.

Qué indignante este robo, no?