Este jueves 2 de octubre, el Presidente García declaró que el Perú “está libre de la crisis financiera, inmobiliaria e hipotecaria….porque tiene una economía estructurada y sólida… y porque cuenta con un stock de divisas e inversiones comprometidas y crecientes”. Nada más falso.
De hecho, los efectos de la crisis internacional sobre la economía peruana ya se empezaron a sentir, sólo que todavía no llegan a los hogares. El cobre, que llegó a valer 4 dólares la onza, hoy solo vale 2.80. Las industrias de exportación empiezan a sentir la pegada de la menor demanda externa. El BCR ya ha tenido que sacar 2,700 millones de dólares de sus reservas, porque los capitales se están yendo del país.
Todavía no sabemos la magnitud de los efectos de esta crisis internacional sobre el Perú. Si estamos a mitad del terremoto, ¿cómo vamos a saber cuánto son los daños? Espérense unos meses a que termine este terremoto financiero internacional y allí podremos saber. Pero de que habrá efectos sobre el Perú, los habrá y no serán pequeños.
Sobretodo, porque la política económica de los dos primeros años de este gobierno nos ha puesto en una situación muy vulnerable. Dejó que las ganancias extraordinarias producidas por el boom de precios de las materias primas, como el cobre, se las llevaran mayoritariamente las empresas mineras y petroleras, en vez de aprovecharlas para lanzar las reformas requeridas en educación, salud, justicia y seguridad ciudadana. No ha ordenado la distribución del canon, multiplicando conflictos entre regiones y generando, en algunas provincias altamente favorecidas, booms artificiales que ahora se van a deshacer como burbujas en el aire. Con el TLC, nos ha enganchado a una economía en recesión y en declive. Favoreció que los bancos peruanos se endeudaran a corto plazo por 6 mil millones de dólares del exterior, lo que pone a nuestro sistema financiero y nuestra economía en situación muy vulnerable si esos capitales se van. Ha elevado el tope de inversiones de las AFPs al exterior, justamente cuando necesitamos preservar que los capitales se queden en el país.
Es verdad que por otro lado tenemos bastantes reservas internacionales. Ojalá sean suficientes para resistir los embates de la crisis internacional, pero eso no está para nada asegurado: el BCR ha perdido el 10% de sus reservas disponles (posición de cambio en menos de un mes, así que a este ritmo, no duramos un año. Este gobierno ha aplicado irresponsablemente políticas financieras de “libre mercado” similares a las que han incubado la crisis financiera internacional. Las palabras de Alan García de que todo está bien, son igualitas a las que dijo Bush unas semanas atrás. Hasta que todo su castillo de naipes se derrumbó.
Las políticas fondomonetaristas que está aplicando el ministro Valdivieso, proveniente del FMI, tampoco auguran nada bueno. El recorte del gasto público se está dando con toda fuerza, afectando el gasto social y las inversiones regionales. Mientras tanto, ningún ajuste sobre mineros que nadan en nuestro oro o financistas irresponsables.
Alan García es tan inconsistente, que hace pocos meses decía que todo el problema de la inflación era culpa de afuera, del exterior. Ahora resulta que lo que pasa afuera, no nos afecta para nada. ¿Cómo creerle?
Ojalá que las palabras de García sólo sean un poco de demagogia y de un engaña muchachos. Porque si de verdad cree lo que dice, y no está preparando a su gobierno para enfrentar la crisis, se nos va a venir muy fea la cosa.
Publicado en CNR
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