Una política y un sistema de salud concentrados solamente en atender los daños más no en evitarlos, no puede ser eficaz ni hacer efectivo el derecho a la salud. La falta de agua potable que sufren 30% de los peruanos, facilita la trasmisión y desarrollo de múltiples enfermedades. 25% de los niños menores de 5 años sufre de desnutrición crónica. Las deficiencias en la educación en relación a la salud es una de las principales causas de los serios problemas nutricionales y la mortalidad materna e infantil. Un medio ambiente contaminado sin controles adecuados es otra causa seria de enfermedad y muerte en el Perú, estimándose que provoca alrededor de 6 mil muertes cada año.
Frente a estos factores que causan graves problemas sobre la salud de los peruanos son vastos, y la respuesta del Estado y la sociedad han sido muy insuficientes. La respuesta necesaria es lo que se llama la promoción de la salud, que son las políticas que, desde la autoridad de salud e involucrando a un conjunto de actores estatales y no estatales, se orientan a modificar estos factores para reducir sus efectos nocivos sobre la salud y más bien ampliar sus efectos positivos.
El establecimiento de una Dirección de Promoción de la Salud en el Ministerio de Salud, ha sido una primera medida indispensable. Sin embargo, la Promoción de la Salud requiere apoyo y cambios para que tenga un impulso mucho más decisivo, cambios que incluyen: (i) un compromiso político de alto nivel – incluyendo al Presidente y al Congreso- de priorizar la salud pública, (ii) establecer organismos intersectoriales (al interior del estado) y de concertación para promover esfuerzos específicos sobre todos estos temas, y (iii) un liderazgo político y social.
Este será uno de los temas centrales de la III Conferencia Nacional de Salud, que se reúne esta semana en la Universidad Católica, para por medio del diálogo y la concertación, buscar mejores políticas que hagan realidad el derecho a la salud en el Perú en el próximo quinquenio.
Frente a estos factores que causan graves problemas sobre la salud de los peruanos son vastos, y la respuesta del Estado y la sociedad han sido muy insuficientes. La respuesta necesaria es lo que se llama la promoción de la salud, que son las políticas que, desde la autoridad de salud e involucrando a un conjunto de actores estatales y no estatales, se orientan a modificar estos factores para reducir sus efectos nocivos sobre la salud y más bien ampliar sus efectos positivos.
El establecimiento de una Dirección de Promoción de la Salud en el Ministerio de Salud, ha sido una primera medida indispensable. Sin embargo, la Promoción de la Salud requiere apoyo y cambios para que tenga un impulso mucho más decisivo, cambios que incluyen: (i) un compromiso político de alto nivel – incluyendo al Presidente y al Congreso- de priorizar la salud pública, (ii) establecer organismos intersectoriales (al interior del estado) y de concertación para promover esfuerzos específicos sobre todos estos temas, y (iii) un liderazgo político y social.
Este será uno de los temas centrales de la III Conferencia Nacional de Salud, que se reúne esta semana en la Universidad Católica, para por medio del diálogo y la concertación, buscar mejores políticas que hagan realidad el derecho a la salud en el Perú en el próximo quinquenio.
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