Empiezan a presentarse las propuestas de salud de los principales candidatos, y la atención parece centrarse, una vez más, en la necesidad de curar a los enfermos. Este es, definitivamente, un tema fundamental, ya que se estima que entre 20% y 25% de los peruanos no tiene acceso a una consulta de salud cuando lo necesitan. El drama que este mismo día están pasando varios miles de familias peruanas pobres porque uno de sus miembros ha tenido un accidente o enfermedad grave y se requieren algunos miles de soles para ser operados, es terrible. Y el encarecimiento de las medicinas que traería el TLC si se aprobara, sólo agravaría las cosas.
Sin embargo, sabemos de la experiencia internacional y nacional que la manera más eficaz para mejorar la salud de un pueblo no es la atención individual de la enfermedad, sino la acción sobre los factores sociales y ambientales que afectan nuestra salud. Esta promoción de la salud tiene mucho más impacto a menores costos y puede reducir la enfermedad y la muerte con mayor rapidez..
Hay varios aspectos críticos al respecto en el Perú. La carencia de agua potable y desagüe que aún alcanza a casi 30% de los hogares peruanos, sobretodo en las zonas rurales, es una fundamental, ya que por este medio se propagan muchas enfermedades contagiosas.Por cierto, esto recuerda que decimos “agua potable” y no “aguan entubada”, precisamente porque lo más importante no es que tengamos el servicio del agua dentro de nuestra casa, sino que esa agua no tenga bacterias que nos enfermen.
Un segundo tema fundamental para de promoción de la salud es la nutrición. Uno de cada cuatro niños es desnutrido crónico. En parte ello se debe a la pobreza y en parte precisamente a las enfermedades diarreicas facilitadas por la falta de agua potable. Pero sólo en parte: inadecuados hábitos de alimentación y cuidado de los niños pequeños son muy importantes, y el estado hace muy poco para que los hogares peruanos tengan acceso a alimentos de buen contenido nutricional, ricos en proteinas, hierro y otros micronutrientes. Muchos programas alimentarios están mal enfocados, en cuanto a la población a la que llegan y en cuanto a los alimentos que reparten y las actividades que realizan. Es urgente un reforzamiento y reorintación de las actividades orientadas a mejorar la nutrición.
Una tercera área clave es la del medio ambiente. El aire que respiramos en Lima es insalubre. En La Oroya, los niños están siendo envenenados con plomo de una manera gravísima, y la empresa Doe Run quiere postergan por 4 años las inversiones a la que está obligada para controlar la contaminación del aire: sus ganancias les resulatn más importantes que la salud y la educación de miles de niños. Hay ríos y lagos, de los que luego sale el agua que se toma, están contaminados con metales pesados.
En estas áreas, como en muchas otras, la educación es fundamental. Los colegios no están enseñando a nuestros niños como cuidar su salud. El resultado más visible de ello es la pésima dentadura de la mayoría de la población, producto sobretodo de mala higiene bucal, pero son muchas las maneras como por ignorancia, terminamos dañándonos a nosotros mismos, incluyendo el cigarro, el exceso de alcohol y las drogas, o la obesidad producto de mala alimentación y poco ejercicio.
Los políticas deberían aprovechar la campaña para presentar sus propuestas al respecto y de paso hacer un poco de pedagogía. Más vale prevenir antes que lamentar, es mejor que nos preocupemos por nuestra salud un poquito cada día, que un montón una vez cada tres años. Los mejores planes de gobierno en salud serán los que tomen muy en consideración esta cuestión fundamental.
Sin embargo, sabemos de la experiencia internacional y nacional que la manera más eficaz para mejorar la salud de un pueblo no es la atención individual de la enfermedad, sino la acción sobre los factores sociales y ambientales que afectan nuestra salud. Esta promoción de la salud tiene mucho más impacto a menores costos y puede reducir la enfermedad y la muerte con mayor rapidez..
Hay varios aspectos críticos al respecto en el Perú. La carencia de agua potable y desagüe que aún alcanza a casi 30% de los hogares peruanos, sobretodo en las zonas rurales, es una fundamental, ya que por este medio se propagan muchas enfermedades contagiosas.Por cierto, esto recuerda que decimos “agua potable” y no “aguan entubada”, precisamente porque lo más importante no es que tengamos el servicio del agua dentro de nuestra casa, sino que esa agua no tenga bacterias que nos enfermen.
Un segundo tema fundamental para de promoción de la salud es la nutrición. Uno de cada cuatro niños es desnutrido crónico. En parte ello se debe a la pobreza y en parte precisamente a las enfermedades diarreicas facilitadas por la falta de agua potable. Pero sólo en parte: inadecuados hábitos de alimentación y cuidado de los niños pequeños son muy importantes, y el estado hace muy poco para que los hogares peruanos tengan acceso a alimentos de buen contenido nutricional, ricos en proteinas, hierro y otros micronutrientes. Muchos programas alimentarios están mal enfocados, en cuanto a la población a la que llegan y en cuanto a los alimentos que reparten y las actividades que realizan. Es urgente un reforzamiento y reorintación de las actividades orientadas a mejorar la nutrición.
Una tercera área clave es la del medio ambiente. El aire que respiramos en Lima es insalubre. En La Oroya, los niños están siendo envenenados con plomo de una manera gravísima, y la empresa Doe Run quiere postergan por 4 años las inversiones a la que está obligada para controlar la contaminación del aire: sus ganancias les resulatn más importantes que la salud y la educación de miles de niños. Hay ríos y lagos, de los que luego sale el agua que se toma, están contaminados con metales pesados.
En estas áreas, como en muchas otras, la educación es fundamental. Los colegios no están enseñando a nuestros niños como cuidar su salud. El resultado más visible de ello es la pésima dentadura de la mayoría de la población, producto sobretodo de mala higiene bucal, pero son muchas las maneras como por ignorancia, terminamos dañándonos a nosotros mismos, incluyendo el cigarro, el exceso de alcohol y las drogas, o la obesidad producto de mala alimentación y poco ejercicio.
Los políticas deberían aprovechar la campaña para presentar sus propuestas al respecto y de paso hacer un poco de pedagogía. Más vale prevenir antes que lamentar, es mejor que nos preocupemos por nuestra salud un poquito cada día, que un montón una vez cada tres años. Los mejores planes de gobierno en salud serán los que tomen muy en consideración esta cuestión fundamental.
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