Cuando el próximo martes Paul Hunt, el comisionado de las Naciones Unidas sobre el derecho a la salud, finalice su visita al Perú, muy poco avance habrá visto en este campo. Desde la perspectiva de los derechos humanos, el derecho a la salud son las condiciones de que goza toda la población, sin excepción, para tener una vida saludable. No son las políticas o servicios que tiene una parte de la población, trátese de los trabajadores asegurados o de quienes pueden pagarse un tratamiento privado. El derecho humano a la salud tiene que ser universal y llegar a todos los peruanos.
¿Qué políticas, programas o servicios de salud llegan a todos los peruanos? Muy pocos. La vacunación infantil puede considerarse una de ellas, ya que más del 95% de los niños tienen alguna vacuna, aunque los que tienen todas sus vacunas son bastante menos.
Pero la cuenta prácticamente acaba allí. Se estima que alrededor de un 20% de la población peruana no tiene acceso a los servicios de salud, en parte debido a los cobros que aún se realizan, en parte porque viven lejos de un centro de salud, o porque el puesto de salud está cerrado – usualmente de manera temporal - porque no hay médico, enfermera o técnico sanitario. Trabajadores informales que requieren una operación costosa, ancianos que tienen enfermedades crónicas, familias campesinas viviendo lejos de la ciudad, personas viviendo con VIH/SIDA, carecen de la atención básica necesaria.
La situación es algo mejor para los niños, para quienes el Seguro Integral de Salud (SIS) facilita la atención gratuita. Pero el SIS ha prometido más de lo que le permite el presupuesto, y su desfinanciamiento ha provocado que en muchos lugares falten las medicinas necesarias. Además, hay muchas comunidades a las que, si bien llegó una brigada de vacunación, no tienen ningún mecanismo de atención permanente. Para estos lugares alejados y de población dispersa no es posible tener un centro de salud en todos ellos. Eso no hace imposible su derecho a la salud. Es necesario establecer sistemas que combinen la acción comunitaria, con capacidades fortalecidas, con brigadas itinerantes y sistemas para evacuar las emergencias que siempre se presentan. Lamentablemente, ello solo existe en unos pocos lugares del Perú.
Para las mujeres, el derecho a la salud es algo todavía lejano. Más de uno de cada tres partos se realiza fuera de un establecimiento de salud, y ante cualquier emergencia - que se presentan en un 20% de los alumbramientos- las posibilidades de salvar la vida de la madre son reducidas. Una combinación de centros de salud mal equipados y lejanos, y una atención que no respeta la cultura local, impide el ejercicio de este derecho elemental.
Esto se agrava por la gran cantidad de embarazos no deseados, producto de miles de mujeres y parejas a quienes les ha sido negado el derecho a planificar cuantos hijos quieren tener y cuando. Este es, también, un derecho a la salud, aunque algunos políticos irresponsables como Chávez Chuchón – increíblemente secundado recientemente por parlamentarios apristas como Jorge del Castillo- lo quieran negar.
¿Qué políticas, programas o servicios de salud llegan a todos los peruanos? Muy pocos. La vacunación infantil puede considerarse una de ellas, ya que más del 95% de los niños tienen alguna vacuna, aunque los que tienen todas sus vacunas son bastante menos.
Pero la cuenta prácticamente acaba allí. Se estima que alrededor de un 20% de la población peruana no tiene acceso a los servicios de salud, en parte debido a los cobros que aún se realizan, en parte porque viven lejos de un centro de salud, o porque el puesto de salud está cerrado – usualmente de manera temporal - porque no hay médico, enfermera o técnico sanitario. Trabajadores informales que requieren una operación costosa, ancianos que tienen enfermedades crónicas, familias campesinas viviendo lejos de la ciudad, personas viviendo con VIH/SIDA, carecen de la atención básica necesaria.
La situación es algo mejor para los niños, para quienes el Seguro Integral de Salud (SIS) facilita la atención gratuita. Pero el SIS ha prometido más de lo que le permite el presupuesto, y su desfinanciamiento ha provocado que en muchos lugares falten las medicinas necesarias. Además, hay muchas comunidades a las que, si bien llegó una brigada de vacunación, no tienen ningún mecanismo de atención permanente. Para estos lugares alejados y de población dispersa no es posible tener un centro de salud en todos ellos. Eso no hace imposible su derecho a la salud. Es necesario establecer sistemas que combinen la acción comunitaria, con capacidades fortalecidas, con brigadas itinerantes y sistemas para evacuar las emergencias que siempre se presentan. Lamentablemente, ello solo existe en unos pocos lugares del Perú.
Para las mujeres, el derecho a la salud es algo todavía lejano. Más de uno de cada tres partos se realiza fuera de un establecimiento de salud, y ante cualquier emergencia - que se presentan en un 20% de los alumbramientos- las posibilidades de salvar la vida de la madre son reducidas. Una combinación de centros de salud mal equipados y lejanos, y una atención que no respeta la cultura local, impide el ejercicio de este derecho elemental.
Esto se agrava por la gran cantidad de embarazos no deseados, producto de miles de mujeres y parejas a quienes les ha sido negado el derecho a planificar cuantos hijos quieren tener y cuando. Este es, también, un derecho a la salud, aunque algunos políticos irresponsables como Chávez Chuchón – increíblemente secundado recientemente por parlamentarios apristas como Jorge del Castillo- lo quieran negar.
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¿Hay derecho a la salud en el Perú? Poco, muy poco. Será quizás porque la ciudadanía no ha percibido que sin derecho a la salud tampoco hay derecho a la vida, y sin derecho a la vida no hay derecho alguno. Es por ello que en agosto, la conferencia nacional del Foro de la Sociedad Civil en salud estará abocada, centralmente, a tratar este tema.
¿Hay derecho a la salud en el Perú? Poco, muy poco. Será quizás porque la ciudadanía no ha percibido que sin derecho a la salud tampoco hay derecho a la vida, y sin derecho a la vida no hay derecho alguno. Es por ello que en agosto, la conferencia nacional del Foro de la Sociedad Civil en salud estará abocada, centralmente, a tratar este tema.
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