Las referencias del Presidente García en relación a la salud en su mensaje presidencial fueron tan certeras como aquél anuncio de que ya se estaba construyendo en la selva un penal del que ni siquiera el ministro de Justicia tenía idea que se estuviera planeando.
Las referencias no fueron muchas, por cierto, lo que ya es revelador de la importancia que le asigna Alan García al tema. Pero además, exhibieron un triunfalismo tan alejado de la realidad, que asusta.
El discurso tuvo tres elementos de referencia a la salud pública. En primer lugar, se refirió a la gripe AH1N1, y justo cuando se dio el primer fallecimiento en Puno donde este virus puede causar estragos ya que, incluso sin él, hay cerca de 50 fallecidos por el friaje. Para el presidente, nuestra respuesta a la gripe llamada “porcina” ha sido muy buena…pero el virus se expande sin control, los muertos se acumulan, los pobres del Perú no han recibido información de cómo cuidarse, a la mayoría de los afectados no se les hacen las pruebas de laboratorio porque no hay capacidad para hacerlas y el Tamiflu se expende sin control arriesgando un mal uso. La gripe AH1N1 agarra a la salud pública en una situación de crisis, con hospitales y redes de atención primaria sin los recursos humanos y logísticos necesarios. ¿Si este sistema de salud no pudo evitar decenas de muertes por friaje que son causadas por los virus de la gripe común, como puede esperarse que respondan adecuadamente ante un virus más agresivo y frente al que las población tiene menos defensas autoinmunes?
La segunda referencia del mensaje fue al aseguramiento universal. Al respecto, las cifras que dio sobre el pasado y el futuro no reflejan la realidad. Habló de 11 millones de asegurados por el Seguro Integral de Salud, cuando las encuestas del INEI arrojan 3 millones que eso, pero además, cuando la atención real del SIS está en crisis porque el gobierno central adeuda a hospitales y redes de salud más de 100 millones de soles de atenciones ya realizadas que no han sido reembolsadas. Habló de inicio del aseguramiento universal en 3 departamentos, pero el presupuesto para eso no se ha aprobado sino en una tercera parte y con mucha tardanza. Finalmente, habló que el aseguramiento universal significa una integración entre EsSalud y el MINSA gracias a la ley aprobada por el Congreso, cuando precisamente la ley aprobada a instancias del Poder Ejecutivo NO incluye esa integración.
La tercera referencia en el mensaje fue al alto precio de las medicinas, haciendo un llamado a concertación con los laboratorios. Pero olvida el presidente que precisamente el TLC con Estados Unidos otorga a las trasnacionales farmacéuticas mayor poder monopólico e impide o posterga la competencia que podrían hacer las industrias nacionales, promoviendo de esa manera el alza de precio. Ahora negocia un TLC con la Unión Europea que va a ampliar esos efectos negativos sobre los consumidores, a productos biológicos como vacunas, insulina y remedios hechos en base a plantas medicinales…incluso si se trata de plantas peruanas!
Lo cierto es que ni el Presidente García ni su gobierno dan importancia o tienen ideas claras respecto del reforzamiento y reforma de la salud pública. Pocos recuerdan que en su primer discurso, Alan García anunció la municipalización de la salud, de la que no queda ya ni el recuerdo.
La salud pública peruana requiere, de los líderes políticos, ponerle presupuesto, ponerle tiempo de dedicación, ponerle ideas renovadoras, ponerle corazón. No lo está recibiendo, y por eso estamos donde estamos y no parece que, en los siguientes dos años al menos, vayamos a mejorar.
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