Este sábado 26 de setiembre, el grupo Otra Mirada del que formo parte publica su segundo encarte de análisis y propuesta de política en el diario La República, con el título “Una democracia sin cimientos se puede derrumbar”. El documento señala la necesidad de darnos una Nueva Constitución para reencauzar al país, a partir del próximo cambio democrático de gobierno el año 2011, luego de dos décadas de depredación neoliberal. Para quienes se lo perdieron, pueden verlo en www.otramirada.pe. Este es el editorial del grupo sobre el tema.
Este es un país en el que tradicionalmente se desconfía de las leyes y por extensión de las constituciones, debido al poco efecto práctico que las mismas han tenido en la vida de los ciudadanos. Sin embargo, esta desconfianza, transformada muchas veces en desinterés, ha sido aprovechada por los grandes grupos de poder, en especial a partir del golpe de Estado del cinco de abril de 1992, para darse una constitución y miles de leyes a su medida, de tal manera que pudieran expropiar los bienes públicos, recortar la soberanía nacional y anular los derechos políticos y sociales de las mayorías en su beneficio. Esta situación nos debe hacer prestarle especial atención al tema, en particular a la norma jurídica suprema que es la constitución, de manera que el pueblo y la nación peruanos no vuelvan a sufrir el atropello de estos años.
Creemos que el objetivo fundamental del próximo período es lograr una Acuerdo Constitucional que ponga los cimientos para una refundación de la república. La tragedia de la democracia en el Perú es que cada vez que se quiere echar a andar sus instituciones no cuajan porque las estructuras políticas del país están podridas y se engullen una y otra vez los sucesivos intentos de transición. Así pasó con la democracia que empezó en 1980 y así está pasando con la democracia que volvió a comenzar en noviembre de 2000. Por ello, recogiendo lo mejor de los esfuerzos de construcción democrática llevados adelante, tanto desde diferentes gobiernos como desde la movilización popular, es que debemos volver a fundar la República del Perú, de forma tal que la democracia tenga suelo fértil en el cual crecer y desarrollarse.
Este Acuerdo Constitucional debe permitir un contrato social distinto a la imposición neoliberal de 1993, que considere los siguientes puntos:
- Restitución y ampliación de los derechos sociales y solidarios como derechos fundamentales.
- Rediseño del Estado como un Estado Social y Democrático de Derecho, eliminando el caudillismo y transformando la representación con la vigilancia y el control ciudadanos.
- Señalamiento del objetivo social del quehacer económico y del papel del Estado en la economía, planificando su desarrollo, regulando efectivamente el mercado y participando en los sectores estratégicos.
Efectivo poder político a los municipios y regiones para que pasen de mendigos del gobierno central a verdaderos actores de su destino. Este cambio debe hacerse sobre la base de la Constitución de 1979 que fue el último acuerdo constitucional legítimo entre los peruanos, ya que la mal llamada Constitución de 1993 es un texto írrito, es decir viciado de origen, que fue hecho a iniciativa de una dictadura para quedarse en el poder y aprobado por un referéndum fradulento en octubre de 1993.
Los caminos alternativos que planteamos para proceder a este cambio constitucional son dos: la Asamblea Constituyente y la reforma integral por la vía del Congreso. El mecanismo que se escoja dependerá de las características de la situación política, especialmente de la escena electoral, en los próximos dos años. Sin embargo, creemos que por la importancia y la magnitud del cambio que planteamos éste debe juntar a la mayor cantidad de fuerzas sociales y políticas posible y debe apostar, manteniendo los objetivos señalados, al menor riesgo, de manera tal que el país no se someta a un período de inestabilidad innecesario.
La clave para que este proceso pueda llevarse adelante es una amplia movilización ciudadana a favor de una Nueva Constitución que cree las condiciones para un “momento constitucional” en el país. En estas nuevas condiciones es que se podrá romper el veto de la derecha, los grandes empresarios y los medios de comunicación que ellos controlan, para tratar el tema y poner en práctica los mecanismos que permitan llegar a una nueva carta política.
Las oportunidades son pocas en la historia para producir cambios de envergadura y no aparecen por casualidad. Debemos converitr las próximas elecciones en una nueva oportunidad de cambio constitucional y de esta manera darle al Perú una perspectiva de futuro.
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