1. Efectos sobre el Perú: todavía no sabemos, pero no es broma.
Muchos se preguntan cuáles serán los efectos sobre la crisis peruana. Pero si estamos a mitad del terremoto, ¿cómo vamos a saber cuánto son los daños? Espérense que pase el terremoto, que haya unos días para pasar revista a la situación y allí podremos saber.
Pero de que habrá efectos y no serán pequeños, los habrá. No le crean al gobierno: hace unas semanas decían que no pasaba nada. Sus consejeros son los mismos que han provocado esta crisis. ¿O acaso alguien oyó al FMI prevenir esto?
Claramente habrá caída de precios de los metales (salvo el oro) y las materias primas, menor demanda por exportaciones no tradicionales, salida de capitales y menos inversiones extranjeras. Eso traerá consigo menor inflación importada, presiones al alza del tipo de cambio, reducción del crédito y caída en la recaudación tributaria. La respuesta típica del FMI será más recorte del gasto público. El crecimiento se reducirá, pero no sabemos cuánto. La inflación tiende a bajar por los precios internacionales y el recorte del crédito interno, pero su resultado final dependerá de si hay devaluación y de qué tamaño sea esta (el BCR la está deteniendo “quemando” reservas).
La pregunta clave de todo esto es ¿cuánto? La respuesta: No sabemos.
2. La política peruana post-crisis
En la política peruana, la última ofensiva del gobierno fue la de los Decretos Legislativos. Fue parcialmente frenada por la movilización selvática, y vienen más resistencias a ese último paquete neoliberal. Si a ello sumamos que ahora el gasto del gobierno va a detenerse, es claro que el gobierno va a estar a la defensiva.
Varias iniciativas del gobierno van a pararse. Carreteras y proyectos dejarán de hacerse (por ejemplo, el del Alto Piura que Alan García prometió en Chulucanas un año atrás). El MEF quiere controlar todo el gasto que puede, e intentará meterse con gobiernos regionales y municipios también. Y, en esta política, no hay espacio para enfrentar problemas como el Tacna-Moquegua sacando el MEF plata de su bolsillo.
Los conflictos van a multiplicarse. Por un lado, tras dos años de decirnos que la economía va muy bien pero sentir que no chorrea, la gente viene reclamando cada vez más. Los médicos no van a parar su huelga porque Wall Street cayó. Tampoco Moquegua o Tacna. Va a demorar (varios meses, seguramente más de un año) hasta que la población empiece a entender que la coyuntura cambió.
En ese contexto, tendremos un gobierno a la defensiva frente a múltiples conflictos locales y regionales agravándose.
3. ¿Cayó el neoliberalismo mundial? Una opinión escéptica
Varios analistas, nacionales e internacionales, creen que se acabó el neoliberalismo. Me manifiesto escéptico.
Es indudable que habrá mayor regulación bancaria y financiera. Pero la pregunta es si eso implica necesariamente más empresas públicas, más barreras arancelarias y menos TLCs, mejor protección a los sindicatos y los derechos laborales, sistemas tributarios más justos, estados con mayor presencia social. Particularmente creo que no necesariamente.
La crisis del 30 trajo consigo todo eso: es verdad. Pero creo que hay al menos dos cambios sustanciales en las últimas décadas que hacen una diferencia con el 30. La primera, es la inexistencia de países socialistas y de partidos de ideología socialista / comunista fuertes en occidente. Había otra correlación de fuerzas; vean sino como ambos candidatos en EEUU se juntan y todo Europa responde básicamente salvando bancos, pero sin hacer nada respecto de medidas sociales o de modificación más global de las relaciones Estado – mercado en los sectores productivos.
La segunda, es el desarrollo de políticas anticíclicas, hoy poco útiles ante la magnitud y características de esta crisis, pero que pueden funcionar con una regulación financiera adecuada. Incluso el paquete fiscal gringo, de meses atrás, era vía reducción de tributos y no vía aumento de gasto social. En otras palabras, creo que tras esta crisis habrá más regulación financiera, más
Muchos se preguntan cuáles serán los efectos sobre la crisis peruana. Pero si estamos a mitad del terremoto, ¿cómo vamos a saber cuánto son los daños? Espérense que pase el terremoto, que haya unos días para pasar revista a la situación y allí podremos saber.
Pero de que habrá efectos y no serán pequeños, los habrá. No le crean al gobierno: hace unas semanas decían que no pasaba nada. Sus consejeros son los mismos que han provocado esta crisis. ¿O acaso alguien oyó al FMI prevenir esto?
Claramente habrá caída de precios de los metales (salvo el oro) y las materias primas, menor demanda por exportaciones no tradicionales, salida de capitales y menos inversiones extranjeras. Eso traerá consigo menor inflación importada, presiones al alza del tipo de cambio, reducción del crédito y caída en la recaudación tributaria. La respuesta típica del FMI será más recorte del gasto público. El crecimiento se reducirá, pero no sabemos cuánto. La inflación tiende a bajar por los precios internacionales y el recorte del crédito interno, pero su resultado final dependerá de si hay devaluación y de qué tamaño sea esta (el BCR la está deteniendo “quemando” reservas).
La pregunta clave de todo esto es ¿cuánto? La respuesta: No sabemos.
2. La política peruana post-crisis
En la política peruana, la última ofensiva del gobierno fue la de los Decretos Legislativos. Fue parcialmente frenada por la movilización selvática, y vienen más resistencias a ese último paquete neoliberal. Si a ello sumamos que ahora el gasto del gobierno va a detenerse, es claro que el gobierno va a estar a la defensiva.
Varias iniciativas del gobierno van a pararse. Carreteras y proyectos dejarán de hacerse (por ejemplo, el del Alto Piura que Alan García prometió en Chulucanas un año atrás). El MEF quiere controlar todo el gasto que puede, e intentará meterse con gobiernos regionales y municipios también. Y, en esta política, no hay espacio para enfrentar problemas como el Tacna-Moquegua sacando el MEF plata de su bolsillo.
Los conflictos van a multiplicarse. Por un lado, tras dos años de decirnos que la economía va muy bien pero sentir que no chorrea, la gente viene reclamando cada vez más. Los médicos no van a parar su huelga porque Wall Street cayó. Tampoco Moquegua o Tacna. Va a demorar (varios meses, seguramente más de un año) hasta que la población empiece a entender que la coyuntura cambió.
En ese contexto, tendremos un gobierno a la defensiva frente a múltiples conflictos locales y regionales agravándose.
3. ¿Cayó el neoliberalismo mundial? Una opinión escéptica
Varios analistas, nacionales e internacionales, creen que se acabó el neoliberalismo. Me manifiesto escéptico.
Es indudable que habrá mayor regulación bancaria y financiera. Pero la pregunta es si eso implica necesariamente más empresas públicas, más barreras arancelarias y menos TLCs, mejor protección a los sindicatos y los derechos laborales, sistemas tributarios más justos, estados con mayor presencia social. Particularmente creo que no necesariamente.
La crisis del 30 trajo consigo todo eso: es verdad. Pero creo que hay al menos dos cambios sustanciales en las últimas décadas que hacen una diferencia con el 30. La primera, es la inexistencia de países socialistas y de partidos de ideología socialista / comunista fuertes en occidente. Había otra correlación de fuerzas; vean sino como ambos candidatos en EEUU se juntan y todo Europa responde básicamente salvando bancos, pero sin hacer nada respecto de medidas sociales o de modificación más global de las relaciones Estado – mercado en los sectores productivos.
La segunda, es el desarrollo de políticas anticíclicas, hoy poco útiles ante la magnitud y características de esta crisis, pero que pueden funcionar con una regulación financiera adecuada. Incluso el paquete fiscal gringo, de meses atrás, era vía reducción de tributos y no vía aumento de gasto social. En otras palabras, creo que tras esta crisis habrá más regulación financiera, más
0 comentarios:
Publicar un comentario