¿Qué cambio de política aplicará Carranza en su segunda vez a cargo del Ministerio de Economía?
En síntesis: más gasto público en infraestructura. Alan García sacó a Valdivieso precisamente porque no quería hacer eso. El mismo Carranza ya ha dicho que su gestión se trata de acelerar el llamado “plan anti-crisis”. La Confiep está de acuerdo, sobretodo si en esas grandes obras puede hacer buenos negocios, en especial con las “asociaciones público-privadas”.
¿Qué no cambiará Carranza?
La política neoliberal de apertura comercial y TLCs, beneficios especiales a los grandes inversionistas y las mínimas concesiones políticamente posibles a los trabajadores y sectores sociales. Carranza mismo ya aplicó estas políticas en su primera gestión y esta es la ideología sustentada por Alan. Para ellos, la crisis internacional no cuestiona el modelo de “libre mercado”, a pesar de que hoy sabemos con este modelo que los grandes financistas del mundo se robaron o dilapidaron billones de dólares.
¿Qué resultados previsibles tendría esta política de Luis Carranza y Alan García?
Crecimiento económico desacelerándose pero no tan abruptamente; desigualdad creciente y problemas sociales agravados; y un serio riesgo de crisis de balanza de pagos para el 2010. El mayor gasto fiscal serviría para evitar una recesión abrupta.
Al mantener la demanda agregada, la economía podría seguir creciendo, a un ritmo que dependerá de cuánto realmente sea el gasto público en infraestructura, que puede tener serios cuellos de botella en los problemas de las gestiones ministeriales. Si realmente gastaran 10,000 millones de soles adicionales, podría mantener el crecimiento en 5% anual.
¿Ese crecimiento tendrá efectos sobre la pobreza?
No debemos esperar ningún atisbo redistributivo en este año 2009: ni impuestos a las ganancias de capital, ni aporte especial por las mineras y bancos que hicieron ganancias extraordinarias, ni centímetro de reforma en las AFPs que perdieron 40% de nuestra plata pero se dan lujo de subirnos las comisiones. Poco énfasis en gasto social. Mientras tanto, la industria textil, fuertemente golpeada por las importaciones de China e India a precio dumping, ha perdido treinta mil empleos en Lima. Cinco mil trabajadores mineros han sido despedidos. Los precios que reciben los productos agropecuarios por productos como espárragos, el arroz o el café, se han ido al piso. También han caído los precios internacionales del trigo y el maíz, pero los precios que se pagan en la ciudad por el pan no han variado y el pollo ha vuelto a subir.
¿El plan anti-crisis enfrentará la crisis social?
Las medidas del gobierno para enfrentar la crisis poco o nada tienen para que los trabajadores, los agricultores y las amas de casa no sigan sufriendo los efectos conjuntos de la crisis y de la aplicación de un modelo neoliberal que los pone al final de la cola de los beneficios pero como los primeros en sufrir golpes y pérdidas económicas. Algo ayudará con empleos en construcción, pero nada más.
¿Y con esta política ya no tendremos crisis económica?
La nueva política García-Carranza probablemente mantendría al mismo tiempo un tipo de cambio congelado y las rebajas arancelarias. Tal política ya generó déficits en cuenta corriente de cerca del 4% del PBI en la primera mitad del 2008. Esa política, al favorecer las importaciones, haría que estas sigan a los elevadísimos ritmos actuales, que superan los US$ 2,500 millones mensuales. Además de afectar a la industria y agro nacionales, eso junto a la caída de nuestras exportaciones, agravará el déficit del sector externo. Se acelerará la pérdida de reservas del BCR, que ya superó los 7 mil millones de dólares. Todavía tenemos reservas, pero la fuerza y duración de la crisis internacional hacen prever un serio riesgo de su agotamiento. Y ese sería un problema muy grave, porque en ese caso una maxidevaluación y una recesión serían muy difíciles de evitar. Antes de eso, un cambio de política con mayores devaluaciones seguramente e impondrá en el horizonte.
En síntesis: más gasto público en infraestructura. Alan García sacó a Valdivieso precisamente porque no quería hacer eso. El mismo Carranza ya ha dicho que su gestión se trata de acelerar el llamado “plan anti-crisis”. La Confiep está de acuerdo, sobretodo si en esas grandes obras puede hacer buenos negocios, en especial con las “asociaciones público-privadas”.
¿Qué no cambiará Carranza?
La política neoliberal de apertura comercial y TLCs, beneficios especiales a los grandes inversionistas y las mínimas concesiones políticamente posibles a los trabajadores y sectores sociales. Carranza mismo ya aplicó estas políticas en su primera gestión y esta es la ideología sustentada por Alan. Para ellos, la crisis internacional no cuestiona el modelo de “libre mercado”, a pesar de que hoy sabemos con este modelo que los grandes financistas del mundo se robaron o dilapidaron billones de dólares.
¿Qué resultados previsibles tendría esta política de Luis Carranza y Alan García?
Crecimiento económico desacelerándose pero no tan abruptamente; desigualdad creciente y problemas sociales agravados; y un serio riesgo de crisis de balanza de pagos para el 2010. El mayor gasto fiscal serviría para evitar una recesión abrupta.
Al mantener la demanda agregada, la economía podría seguir creciendo, a un ritmo que dependerá de cuánto realmente sea el gasto público en infraestructura, que puede tener serios cuellos de botella en los problemas de las gestiones ministeriales. Si realmente gastaran 10,000 millones de soles adicionales, podría mantener el crecimiento en 5% anual.
¿Ese crecimiento tendrá efectos sobre la pobreza?
No debemos esperar ningún atisbo redistributivo en este año 2009: ni impuestos a las ganancias de capital, ni aporte especial por las mineras y bancos que hicieron ganancias extraordinarias, ni centímetro de reforma en las AFPs que perdieron 40% de nuestra plata pero se dan lujo de subirnos las comisiones. Poco énfasis en gasto social. Mientras tanto, la industria textil, fuertemente golpeada por las importaciones de China e India a precio dumping, ha perdido treinta mil empleos en Lima. Cinco mil trabajadores mineros han sido despedidos. Los precios que reciben los productos agropecuarios por productos como espárragos, el arroz o el café, se han ido al piso. También han caído los precios internacionales del trigo y el maíz, pero los precios que se pagan en la ciudad por el pan no han variado y el pollo ha vuelto a subir.
¿El plan anti-crisis enfrentará la crisis social?
Las medidas del gobierno para enfrentar la crisis poco o nada tienen para que los trabajadores, los agricultores y las amas de casa no sigan sufriendo los efectos conjuntos de la crisis y de la aplicación de un modelo neoliberal que los pone al final de la cola de los beneficios pero como los primeros en sufrir golpes y pérdidas económicas. Algo ayudará con empleos en construcción, pero nada más.
¿Y con esta política ya no tendremos crisis económica?
La nueva política García-Carranza probablemente mantendría al mismo tiempo un tipo de cambio congelado y las rebajas arancelarias. Tal política ya generó déficits en cuenta corriente de cerca del 4% del PBI en la primera mitad del 2008. Esa política, al favorecer las importaciones, haría que estas sigan a los elevadísimos ritmos actuales, que superan los US$ 2,500 millones mensuales. Además de afectar a la industria y agro nacionales, eso junto a la caída de nuestras exportaciones, agravará el déficit del sector externo. Se acelerará la pérdida de reservas del BCR, que ya superó los 7 mil millones de dólares. Todavía tenemos reservas, pero la fuerza y duración de la crisis internacional hacen prever un serio riesgo de su agotamiento. Y ese sería un problema muy grave, porque en ese caso una maxidevaluación y una recesión serían muy difíciles de evitar. Antes de eso, un cambio de política con mayores devaluaciones seguramente e impondrá en el horizonte.
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