Publicado en Coordinadora Nacional de Radio el 13/03/2010
Si hubiera que resumir en una frase los problemas del Perú, podríamos decir que son la exclusión social, la inexistencia de un Estado-nación basado en una democracia sólida y duradera y una economía dependiente y primario-exportadora impedida de tener una dinámica sostenida de desarrollo. Estos tres factores, el social, el político y el económico se refuerzan entre sí manteniendo al país en el atraso, la explotación y la pobreza.
Nuestra sociedad es excluyente. La clase dominante desprecia las culturas nativas, discrimina a quienes no son blancos y a las mujeres, que no son tratados como iguales. Hay una fuerte desigualdad y estratificación social. El resultado de esa fractura histórica es la debilidad de un sentimiento nacional: buena parte de la clase alta se siente más cerca de Miami que al Perú; las grandes mayorías sienten que el país no les pertenece porque quienes lo dominan lo hacen a sus espaldas y en su contra. Ello ha generado un sentimiento de desconfianza y de desprecio hacia lo público.
Este resultado social en buena parte se debe a lo que sucede en las esferas política y económica. En lo político, tenemos un estado que no asegura casi ningún derecho social de manera universal y que no atiende ningún servicio ni trámite en quechua (un tercio de la población tiene como lengua materna alguna lengua autóctona, el 90% de ellos el quechua).
Por otro lado, la estructura económica no ha integrado al país, sino que ha generado algunas islas de progreso capitalista en un mar de pequeña producción de subsistencia, campesina y urbana. El neoliberalismo nos ha llevado de regreso al modelo primario-exportador, que -como en los 50s- genera enclaves de grandes empresas mineras poco generadores de empleo y poco relacionados al resto de la estructura productiva, que además están mayoritariamente bajo control de capitales extranjeros. El estado debería aprovechar las riquezas minerales para impulsar el desarrollo de otros sectores e industrias; sin embargo, el estado está capturado por estos sectores que impiden cualquier tributación efectiva sobre las riquezas minerales que constitucionalmente pertenecen a la nación.
El Perú requiere cambiar la lógica de explotación y abuso de los poderosos, de aprovechamiento de las riquezas naturales por unos pocos y de uso del estado en beneficio personal y de grupo. También necesita fundar un sistema político capaz de organizar los intereses sociales sobre la base de la transparencia, la rendición de cuentas y el ejercicio ético de la política. Esta transformación debe abrir el camino a una nueva senda de desarrollo humano, donde todos los peruanos puedan ejercer una amplia libertad y tener oportunidades para su realización individual, donde las relaciones sociales se caractericen por la integración y cooperación y donde el estado esté al servicio de la sociedad.
Enlace:
http://www.cnr.org.pe/nueva_web/pluma-y-oido.shtml?x=8569
Los retos del desarrollo en el Perú
lunes, 15 de marzo de 2010
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