Minería abusiva otra vez en debate

lunes, 12 de abril de 2010

Publicado en Coordinadora Nacional de Radio el 10/04/2010

Un par de meses atrás, la minera Antamina informó que dejaría de pagar impuestos por 300 millones de dólares acogiéndose a unas exoneraciones tributarias sinvergüenzas establecidas por Fujimori y derogadas una década atrás.

Hace unas semanas, las ganancias de las empresas mineras nuevamente llamaron la atención. Southern Copper ha tenido ganancias netas de 5,300 millones de dólares en los últimos 5 años, más de 3 veces su inversión. La sobreganancia de esta sola empresa, su ganancia por encima de lo razonable, es de 4,300 millones de dólares, lo que alcanzaría para que todos, TODOS, los peruanos mayores de 65 años, reciban una pensión básica los doce meses del año.

La semana que pasó fue el conflicto de los mineros informales. El gobierno trató de resolver de muy mala manera el problema de los desastres ambientales que está dejando esta minería, atrás de la cual hay grandes empresas inescrupulosas. El premier Velásquez Quesquén dijo que había brasileños y rusos atrás de la protesta: ¿por qué el gobierno no los identifica y expulsa del país? Mientras tanto, el gobierno sigue permisivo frente al daño ambiental causado por las grandes mineras y petroleras.

Un mes atrás, un informe de la Organización Internacional del Trabajo insistió en que no se viene cumpliendo el Convenio 169; que exige que los pueblos indígenas den su consentimiento previo, libre e informado antes de cualquier aprovechamiento de los recursos naturales en su territorio. La OIT propuso que no se otorguen nuevas concesiones mineras y petroleras mientras esto no se cumpla, posición similar a la que ha sostenido el Movimiento Tierra y Libertad desde hace unos meses. Recientemente, en Colombia la Corte Constitucional ordenó suspender el mayor proyecto de explotación de cobre del país, a cargo de la multinacional Muriel Mining Corporation, por no consultar con las comunidades indígenas y negras sobre el impacto ambiental y cultural que causaría la extracción.

Las organizaciones indígenas y sociales se preparan para hacer una nueva campaña demandando que legisle este derecho al consentimiento previo. Lo harán cuando, en Islay y Cocachacra, la empresa Southern Copper prepara una nueva ofensiva con tal de sacar adelante su cuestionado proyecto Tía María. La Southern piensa hacer el próximo 19 de abril una llamada “consulta” que no cumple con los requisitos mínimos de participación ciudadana, luego de que en un referéndum más de 90% de la población de la provincia rechazara el proyecto. Tremendo rechazo no es por gusto: el Estudio de Impacto Ambiental de Southern deja muchas, muchísimas, dudas, respecto de su quedará agua para los agricultores de la zona luego de que la empresa se lleve al año 7 billones de litros de agua. Debido a ello, las organizaciones sociales de la provincia de Islay preparan un Paro Indefinido desde el miércoles 14 de abril. En Cajamarca hay conflictos similares frente a la minera La Conga y ante la minera La Zanja, preparándose una nueva consulta vecinal en esta última.

El gobierno aprista, está claro, pretende seguir imponiendo nuevas minas por encima de la voluntad de los pobladores y mantener impuestos bajísimos a las existentes. El cálculo económico de Alan García es simple: hay miles de millones de dólares en juego y les quedan sólo 15 meses de gobierno. No hay que dejarlo.

Enlace:
http://www.cnr.org.pe/pluma-y-oido.shtml?x=8727

2 comentarios:

Rolando Alfaro dijo...

el tema de fondo es la defensa del agro y de la ganadería, nuestra seguridad y soberanía alimentaria se ve amenazada, desde luego los primeros en protestar son los participantes directos agricultores y ganaderos y creo que todo el Sur, todo el país debería apoyarlos, después de todo todos nos alimentamos de un modo u otro con productos del valle del Tambo que también se verá afectado.
La minería formal o la que sea ya nos tiene hasta la coronilla.

Unknown dijo...

En realidad después de que estas empresas realizan su trabajo también dejan problemas de salud en la población que en muchos casos son irreversibles.